La educación y el mercado laboral
La educación y la capacitación son esenciales para que
los jóvenes puedan incorporarse al mercado laboral con éxito ya que incrementan
su productividad y empleabilidad potencial. En las economías desarrolladas, la
educación también sirve como un escudo contra el desempleo para muchos jóvenes
y hay un fuerte vínculo entre el nivel educativo y los resultados laborales.
los jóvenes puedan incorporarse al mercado laboral con éxito ya que incrementan
su productividad y empleabilidad potencial. En las economías desarrolladas, la
educación también sirve como un escudo contra el desempleo para muchos jóvenes
y hay un fuerte vínculo entre el nivel educativo y los resultados laborales.
En particular, los individuos con educación primaria o
inferior, a menudo tienen las tasas de desempleo más altas y mucho peores que
aquellos con más altos niveles de educación en los tiempos de crisis. Sin
embargo, un mayor desarrollo de capital humano y mayores niveles de educación
no se traducen automáticamente ni en una mejora de los resultados en el mercado
laboral ni en más puestos de trabajo. En las economías en desarrollo los
puestos de trabajo disponibles están limitados a sectores formales pequeños y
la juventud no posee necesariamente las habilidades adecuadas para calificar a
aquellos trabajos. Los rápidos cambios estructurales en estas economías crean
desajustes geográficos y de habilidades, los cuales plantean desafíos
particulares a los sistemas de educación y de formación y a la capacidad de
respuesta de éstos a las necesidades del mercado laboral. En este sentido, se
necesita información adecuada sobre el mundo laboral a fin de poder facilitar
el rol de la educación, el cual es cumplir con la demanda de trabajo actual y
facilitar un cambio.
inferior, a menudo tienen las tasas de desempleo más altas y mucho peores que
aquellos con más altos niveles de educación en los tiempos de crisis. Sin
embargo, un mayor desarrollo de capital humano y mayores niveles de educación
no se traducen automáticamente ni en una mejora de los resultados en el mercado
laboral ni en más puestos de trabajo. En las economías en desarrollo los
puestos de trabajo disponibles están limitados a sectores formales pequeños y
la juventud no posee necesariamente las habilidades adecuadas para calificar a
aquellos trabajos. Los rápidos cambios estructurales en estas economías crean
desajustes geográficos y de habilidades, los cuales plantean desafíos
particulares a los sistemas de educación y de formación y a la capacidad de
respuesta de éstos a las necesidades del mercado laboral. En este sentido, se
necesita información adecuada sobre el mundo laboral a fin de poder facilitar
el rol de la educación, el cual es cumplir con la demanda de trabajo actual y
facilitar un cambio.
Los jóvenes que no trabajan ni estudian (NEET, de sus
siglas en inglés, ni educación, empleo o formación) constituye al menos el 10%
de la población joven, e incluye, jóvenes con un nivel bajo de educación en los
países desarrollados. Este grupo es ha convertido en un gran motivo de
preocupación para los responsables políticos, en particular en las economías
desarrolladas.
siglas en inglés, ni educación, empleo o formación) constituye al menos el 10%
de la población joven, e incluye, jóvenes con un nivel bajo de educación en los
países desarrollados. Este grupo es ha convertido en un gran motivo de
preocupación para los responsables políticos, en particular en las economías
desarrolladas.
Políticas de empleo juvenil
Muchas de las regiones del mundo hacen frente
actualmente a grandes desafíos en materia de empleo juvenil. La proyección para
2012 de las tasas de desempleo juvenil no van a variar y en este contexto, las
políticas de empleo juvenil tienen una gran prioridad.
actualmente a grandes desafíos en materia de empleo juvenil. La proyección para
2012 de las tasas de desempleo juvenil no van a variar y en este contexto, las
políticas de empleo juvenil tienen una gran prioridad.
Algunas de las áreas de intervención más importantes
son:
son:
- Políticas macroeconómicas y de crecimiento: donde sea fiscalmente posible; esto es crucial
para mantener o mejorar las medidas que pueden ayudar a impulsar la
creación de empleo y poner en marcha la recuperación de empleos
sostenibles.
- Políticas y programas activos
del mercado laboral: las medidas activas del mercado laboral, tales
como el desarrollo de servicios públicos de empleo, los subsidios salariales y
de capacitación o las reducciones de impuestos pueden motivar a los empleadores
a contratar jóvenes, así como a contrarrestar el exceso de oferta de jóvenes
trabajadores en tiempos de crisis. Igual de importantes son los programas que
tienen por objeto el contrarrestar el desajuste de habilidades técnicas entre
los jóvenes, tales como los programas de formación vocacionales, las
re-capacitaciones de jóvenes desempleados y desanimados, planes de formación en
el lugar de trabajo, la creación o la mejora de los sistemas de aprendizaje,
programas de capacitación sobre conocimientos prácticos y habilidades para la
vida diaria para jóvenes desfavorecidos.
- Mejores estrategias para mejorar la protección
social para los jóvenes y adaptar las reformas del mercado
laboral a necesidades específicas. El empleo decente no trata sólo de
generar cualquier tipo de trabajo, sino también de mejorar la calidad de
éstos.
- Diálogo social y alianzas para el empleo juvenil: establecer alianzas de base amplia, a fin de
hacer realidad el compromiso hacia el empleo juvenil. Las alianzas entre
gobiernos, organizaciones de empleadores, sindicatos y otras
organizaciones pueden ser decisivos para determinar las acciones más
apropiadas a nivel nacional y local para la promoción del trabajo decente
para los jóvenes.
- Apoyar una mayor información sobre el mercado
laboral y los sistemas de análisis, los cuales sirven de base para
supervisar los mercados laborales y diseñar e implementar políticas efectivas.