Un año más la Organización Mundial del Trabajo nos trae su informe de tendencias, esta vez bajo el no muy alentador subtítulo de “Para recuperarse de una segunda caída del empleo”.
Y es que 5 años después del estallido de la crisis financiera el crecimiento mundial ha registrado una desaceleración y el desempleo ha comenzado a aumentar de nuevo, con unos preocupantes resultados: un total de 197 millones de desempleados/as y 39 millones que ya han caído en la inactividad ya que “las posibilidades de trabajar demostraron ser inalcanzables”.
Para la OIT como para otras muchas organizaciones la clave de la situación la marca la desconfianza. Varios son los factores que la alimentan, principalmente la incoherencia entre las políticas monetarias y las fiscales adoptadas en diferentes países y un enfoque poco sistemático hacia el sector financiero y los problemas de la deuda soberana. Esta situación de incertidumbre ha reforzado la tendencia de las empresas a “aumentar los excedentes de efectivo o pagar dividendos antes que expandir su capacidad y contratar nuevos trabajadores”.
Con esta situación de fondo se pronostica una tasa de desempleo del 6% hasta 2017. No parece muy alta si la comparamos con la actual en Euskadi (15´93, datos del INE para el último trimestre de 2012), pero sobrecoge en números absolutos: 210´6 millones de personas.
Otro dato al que apunta el informe y merece la pena detenerse es que los cambios estructurales necesarios para las economías emergentes y en desarrollo registraron ha sufrido una desaceleración, en concreto la redistribución de los trabajadores de actividades de baja productividad hacia actividades de mayor productividad en los distintos sectores económicos.
Es importante recordar que este tipo de cambio estructural es un motor importante de los progresos en el mercado laboral, ya que (como ha sucedido en el pasado) ayuda a reducir el empleo vulnerable y el número de trabajadores pobres.
Por otra parte la tasa de trabajadores pobres continúa disminuyendo, aunque las cifras absolutas siguen siendo demoledoras: “Actualmente 397 millones de trabajadores viven en la pobreza extrema a los que se suman 472 millones que no pueden satisfacer sus necesidades básicas con regularidad”.
A la espera del informe de Tendencias del Empleo Juvenil, en este informe se destaca que ya son 73´8 millones los jóvenes sin empleo y que se prevé otro millón más para 2014.
Es decir se pasará del 12´6% al 12.9% para 2017 (Recordamos que la tasa para menores de 25 años en Euskadi 45,99%, según los últimos datos del INE). Además comienza a ser habitual (y por tanto muy preocupante) que muchos de esas personas jóvenes experimentan el desempleo de larga duración desde su ingreso en el mercado laboral, “una situación que no había sido constatada durante contracciones cíclicas anteriores”.
Para afrontar la situación del empleo la OIT realiza la siguiente recomendación de medidas a los Estado y poderes públicos:
– Hacer frente a la INCERTIDUMBRE para incrementar las inversiones y la creación de empleo.
– Estímulos COORDINADOS dirigidos a la demanda mundial y creación de empleo.
– Abordar los desajustes en el mercado de trabajo y promover el cambio estructural en especial el DESAJUSTE de Competencias.
– Incrementar los esfuerzos para promover el EMPLEO JUVENIL con atención especial en el desempleo de larga duración.
Esta última en concreto con 3 líneas de las que NSF tomamos buena nota:
1. Incrementar la empleabilidad de los jóvenes a través de medidas cómo reforzar los vínculos entre la educación, la formación y el mundo del trabajo, incluyendo las pasantías (prácticas profesionales); mejorar el acceso de los jóvenes a la información sobre las oportunidades profesionales, apoyar la búsqueda de empleo y los sistemas de garantías para los jóvenes.
2. Estimular la iniciativa empresarial de los jóvenes.
3. Promover las normas del trabajo y los derechos de los jóvenes garantizando que disfruten de igual trato y se les conceda sus derechos en el trabajo, incluyendo el derecho de sindicación y a la negociación colectiva y garantizarles una protección social adecuada.
Para una lectura más exhaustiva aquí podéis descargaros el Informe completo.