El ambiente y entorno, las exigencias y condiciones de un puesto de trabajo en una empresa o institución pueden causar el llamado síndrome de “burnout”, o síndrome de un trabajador que está “quemado” en su trabajo. Ocurre por ejemplo cuando el trabajador está expuesto a una muy alta carga de trabajo que le viene impuesta y no puede controlar, y que le somete a un estrés excesivo que le produce ansiedad, o pérdida de estima y de confianza por un sentimiento de fracaso, y hasta daños a su salud que pueden ser causas de baja por enfermedad (depresión, ansiedad, dolor de cabeza, taquicardia, insomnio, etc.). Parece que se da más en empleos exigentes de cierto nivel intelectual y responsabilidad que en los de más bajo nivel o rutinarios.
La causa puede ser también el propio trabajador quien por sus características o problemas personales, familiares y/o profesionales no es capaz de adaptarse a su trabajo, de organizarlo, o no puede con él por falta de seguridad, falta de capacidad de organizarse o de aptitudes o competencias personales. Se agrava si el trabajador carece de la formación suficiente, por culpa suya o de la empresa.
Teniendo en cuenta que las condiciones del trabajo han ido cambiando con el tiempo, también lo ha hecho el burnout, cuya definición fue formulada hace más de 30 años, según dice Steffie Desart, que trabaja en su tesis de doctorado en la universidad de Lovaina, KU Leuven. Ella está buscando ahora, junto con sus promotores, los profesores Wilmar Schaufeli y Hans De Witte, en el equipo de Psicología Laboral, de Organización y de Personal de esta universidad, una definición actualizada que pueda ayudar a detectar la enfermedad y buscar remedios a la misma. Para medir y definir de una forma más científica el burnout, y no tanto como una idea fruto de “opiniones”, trabaja en un nuevo cuestionario para medir y concretar mejor el burnout y para detectar si efectivamente se trata de un caso de burnout. El proyecto se llama LEBOS (LEuvenBurnOutScale).
El equipo de investigación empezó haciendo entrevistas a unos 40 expertos (psicólogos, mentores, consultores, médicos de familia y médicos laborales) con el fin de conocer más en profundidad este fenómeno. Se les preguntó por los síntomas del burnout y les pidieron que hicieron una clasificación de los síntomas más importantes.
De estas consultas pudieron sacar 5 síntomas clave del burnout:
- Agotamiento: tanto físico (cansancio) como psicológico (sentirse “acabado” o “vacío”)
- Pérdida del control cognitivo: por ejemplo problemas de memoria, trastornos de atención y concentración, trabajar de forma más lenta o cometer errores por culpa de una alteración en tu funcionamiento cognitivo
- Pérdida del control emocional: caracterizado por reacciones emocionales fuertes (rabia o gritos) que no se pueden controlar. Además se acompaña de un umbral bajo de tolerancia (pérdida de paciencia)
- Quejas depresivas: Humor triste o sentimientos de culpabilidad. Es probablemente la razón por la que se confunde burnout con depresión.
- Distanciamiento mental: Distanciarse mentalmente del trabajo. Experimentar una fuerte resistencia al trabajo y distanciarse mentalmente o físicamente del trabajo.
Aparte de este núcleo de síntomas vieron aparecer también otros que los acompañaban en la forma de fuerzas de tensión, que podían ser psicosomáticos (quejas del corazón, de la respiración, del estómago, de los intestinos y de dolores, o un sentimiento general de malestar), o de comportamiento (problemas de sueño, romperse la cabeza, o tener ataques de pánico).
También examinaban, junto con los expertos, las causas de cómo influyen la personalidad y el trabajo en el burnout.
Examinando la relación entre el burnout y la personalidad, los expertos distinguen dos tipos de personas que son susceptibles de sufrir burnout: los “perfeccionistas” y los que dicen sí a todo. A estos se les “chupa” el trabajo hasta casi vaciarles, porque las características de estas personas necesitan mucha energía. Por eso tampoco significa necesariamente que es culpa del individuo que esté desarrollando un burnout. Todos los entrevistados subrayaban que estas características aumentan la predisposición para el burnout, pero siempre en combinación con otros factores. Significa que las características personales por sí solas no son suficientes para desarrollar el burnout.
¿Y cómo puede ser el trabajo la causa del burnout?
Hay unanimidad entre los expertos: el burnout es un fenómeno relacionado con el trabajo. Pero en un sentido amplio, y no solo abarcando el trabajo remunerado. Hay otras actividades que pueden dar lugar al burnout, por ejemplo estudiar.
Pero como ocurre a menudo, cada experto tiene su propio punto de vista, su propio ángulo y su propia formación y experiencia. Y pueden tener puntos de desacuerdo entre ellos. Por eso el equipo de investigación ha hecho su propia descripción del burnout como síntesis de las de todos los expertos:
“Como consecuencia de una sobrecarga en el trabajo, a menudo acompañada de una vulnerabilidad personal y/o problemas en el ámbito privado, ya no es posible generar la energía para ordenar ciertos procesos cognitivos y emocionales.”
“Esta pérdida de control en cooperación con el agotamiento conduce a una reacción de autoprotección en la que se toma distancia mental de la fuente del agotamiento (en el caso del burnout: el trabajo). Se trata principalmente de una actitud negativa, por ejemplo en forma de cinismo. Aunque esta actitud también se puede manifestar en una toma de distancia física del trabajo (por ejemplo evitando el contacto con los colegas).”
“Debido a la pérdida de control se cae además en un estado de ánimo depresivo. Este ánimo depresivo es pues la consecuencia de una reacción sentimental y no es igual a una depresión en el sentido de un trastorno psíquico.”
“Las quejas de tensión (‘estrés) se observan como síntomas subyacentes y pueden ser utilizados para obtener una imagen más completa del burnout. A menudo son la primera razón por la que se pide ayuda y pueden ser el precursor de un burnout en la forma de hiperestesia.”
A partir de esta nueva definición y del resto de la información obtenida los investigadores han establecido una nueva lista de preguntas que están probando actualmente. La intención es que para el mes de diciembre de 2017 se disponga de un nuevo instrumento que se puede usar con diversos objetivos. De esta manera se pretende que este nuevo instrumento haga posible identificar el riesgo de burnout dentro de la organización y poder adoptar medidas preventivas.
Además, según los investigadores, el nuevo cuestionario puede usarse en la práctica clínica individual, eventualmente en combinación con una entrevista, para obtener una diagnosis correcta del burnout.
En el blog del proyecto los investigadores (en neerlandés) piden la colaboración de otras personas o entidades. El blog sirve también para obtener más información. Los que quieren colaborar pueden tomar contacto aquí.
Es un tema importante que interesa tanto a la empresa como al trabajador o futuro trabajador. Las empresas tienen todo el interés a tener trabajadores motivados y eficientes lo cual solo conseguirán motivándoles y dándoles autonomía. Por su parte los trabajadores o futuros trabajadores deben adquirir la formación y las competencias para ser capaces de organizarse en su propio puesto de trabajo, saber distinguir entre lo prioritario y lo urgente, y tener una visión más allá de su mesa de despacho.