Tiene 20 años, acaba de terminar su servicio militar de tres años en Israel y, después de ir subiendo peldaños, ya ocupa el puesto 17 en el ranking mundial del tenis
(Foto sacada del blog israelí «IsRealli»)
Pero estos días el nombre de Peer saltó a la prensa mundial por romper barreras políticas e ideológicas. Por primera vez una deportista israelí ha participado en un evento deportivo en un país árabe. Ha sido en el Qatar Total Open que se ha estado desarrollando estos días en Doha. Digo ha participado, porque fue eliminada en la 3ª ronda por la china Na Li. Pero esto es lo de menos. Ha participado con toda normalidad, sin problemas, como las demás tenistas. Previamente los organizadores y la WTA se habían puesto de acuerdo para admitirla, y por si acaso, le pusieron un guarda espaldas fuera de las pistas. En su conferencia de prensa después de su victoria en la primera ronda dijo que difrutó mucho de su estancia y agradeció la calurosa acogida que le habían dado. Sí tuvo algunos problemas con el fuerte viento que soplaba por la pista.
Antes de empezar el torneo ya dijo a la revista TIME que estaba allí para jugar al tenis, pero que si esto pudiera abrir una ventana para que la generación joven, de árabes e israelíes, trabajase unida para la paz, estaría feliz. En el mismo sentido se expresó durante el torneo, como podemos leer en la página web del canal inglés de Al Jazeera, que tiene su sede en Doha y que le dedicó un amplio espacio. (hacer clic en el título). Dice el reportero: «With diplomatic relations between Israel and its Arab neighbours strained at the best of times, it has once again taken sport to show that people of all backgrounds can get along in a civil manner.»
Tampoco antes tuvo prejuicios religiosos. Ha jugado partidos de dobles teniendo como compañera a la india musulmana, Sania Mirza.
«I think by me being here everybody can understand that we are also human and everybody’s the same around the world. It doesn’t matter if you’re Jewish or Muslim or Christian.», opina Shahar. Todos somos humanos, todos somos los mismos en el mundo…
Shahar nos hace mantener esperanzas.