«Roosevelt 2012« es el movimiento ciudadano impulsado en Francia por Stéphane Hessel, diplomático, escritor y militante político francés, miembro de la Francia Libre durante la Segunda Guerra Mundial y recluso de los campos de concentración de Buchenwald y Dora-Mittelbau. También fue uno de los redactores de la «Declaración Universal de Derechos Humanos» de 1948.
Su libro más popular se titula «¡Indignaos!», y ha dado nombre a los impulsores de una revolución silenciosa en muchos puntos del mundo; pero ahora indignarse no le parece suficiente. Stéphane Hessel cree que ya no hay tiempo para más diagnósticos sobre la situación socio-política y es hora de pasar a la acción. Indignarse, sí, pero para construir algo nuevo con otros formatos de representación colectiva al margen de los partidos políticos tradicionales. Y es que Hessel cree que los partidos actuales ya no sirven y hay que explorar otras formas más valientes, como señala en una entrevista con el periódico El Confidencial.
El movimiento Roosevelt 2012 es la fórmula que él mismo está liderando en Francia apoyado por el filósofo y escritor Edgar Morin. Actualmente tienen cerca de 100.000 simpatizantes y su principal objetivo consiste en «contribuir a formar un pujante movimiento ciudadano, una insurrección de las conciencias que sirva para gestar una nueva política a la altura de las circunstancias«.
Crisis social, crisis financiera, crisis ecológica, crisis democrática… en todos estos ámbitos nuestras sociedades se acercan a un punto de ruptura, sin retorno posible. Después de treinta años de imperio del «dejar hacer», después de cinco años de crisis financiera, llegamos a un momento crucial, escriben Stéphane Hessel y Edgar Morin, «ahora nuestras sociedades deben elegir: la metamorfosis o la muerte».
Hessel deja claro que no se trata de hacer «antipolítica», sino de hacer la política desde abajo y con la participación ciudadana. Poner en marcha decisiones subversivas y valientes, como ellos las llaman, y optar por la estrategia del «Caballo de Troya». Entrar en las instituciones para transformarlas desde dentro.
Recuerdan que en 1944, antes de convocar la cumbre de Bretton-Woods que va a reconstruir el sistema financiero internacional, Roosevelt organizó la cumbre de Filadelfia, que adoptó como prioridad absoluta el respeto de un cierto número de reglas sociales: «el trabajo no es una mercancía… no habrá paz duradera sin justicia social» afirmaron Roosvelt y los otros jefes de estado antes de definir las reglas sobre los salarios, el tiempo de trabajo y la repartición entre salarios y dividendos…
En 1933, cuando Roosevelt llega al poder en Estados Unidos, la situación de los ciudadanos era muy mala: 14 millones de parados y una producción industrial que había disminuído un 45% en tres años. Roosevelt actúa inmediatamente con una determinación que reanimó la confianza. De ahí que el movimiento impulsado por Hessel y Morin haya tomado su nombre, y su manifiesto se titule: Proclamar la urgencia y reconstruir la esperanza. Estos son sus tres proyectos:
Contra el desempleo, una nueva sociedad
Construir una Europa democrática
« Cualquiera puede cambiar el mundo. Aunque no tenga poder, aunque sea alguien sin la menor importancia, cualquiera puede cambiar el mundo » escribía Václav Havel unas semanas después de la caída del Muro de Berlín.
En 1989, fueron mujeres y hombres «sin la menor importancia» los que cambiaron el curso de la Historia. Veinte años más tarde, es el sistema neoliberal el que se hunde. Nos toca a los ciudadanos expresar en que sociedad queremos vivir. ¿Una sociedad de injusticia y caos, o una sociedad de equilibrio y buena convivencia? Nos toca a nosotros escoger. Nos toca a nosotros actuar.