Por Ignacio RamonetEl autor hace una llamada de atención sobre el gravísimo problema del hambre en el mundo. Y se pregunta ¿cómo extrañarse de la proliferación de los motines?, ¿a qué se espera para crear un gran Fondo Mundial contra el Hambre?
Porque ya son más de 37 los países en los que la inseguridad alimentaria ha provocado protestas. Desde México hasta Myanmar (antigua Birmania), pasando por ciudades de Egipto, Marruecos, Haití, Filipinas, Indonesia, Pakistán, Bangladés, Malasia, Senegal, Costa de Marfil, Camerún y Burkina Faso.
Lo paradójico de la situación es que nunca la producción agrícola había sido tan abundante, de modo que la carestía actual de los alimentos no se debe a la penuria, sino a otros factores. Pero, ¿por qué aumentan los precios de la comida?. El autor opina que debido, esencialmente, a cuatro razones:
- La elevación del nivel de vida de países como China, India y Brasil han modificado los hábitos alimentarios. A mayor consumo de carne, hay que criar más ganado que consume una parte importante de las cosechas de cereales. El ecologista Lester Brown anuncia: «Cuando los chinos consuman tanta carne como los estadounidenses, absorberán el 50% de los cereales del mundo».
- La parte de la producción de caña de azúcar, girasol, colza, trigo y remolacha, antes destinada a la alimentación, que se destina ahora a la producción de agrocarburantes. La UE ha decidido que un 10% del total de hidrocarburos consumidos de aquí a 2020 deben ser agrocarburantes. El FMI afirma que entre un 20% y un 50% de las cosechas mundiales de maíz y de colza ya están siendo desviadas para elaborar carburantes.
- El estallido de los precios del petróleo, que encarece el coste de los transportes, en particular el del traslado de los artículos del agro.
- La especulación financiera que, huyendo de la crisis, apuesta por los productos alimentarios como soja, trigo, arroz y maíz. Son valores refugio.
Y termina el autor recordando que los países ricos se comprometieron hace tiempo a consagrar el 0,7% de su PIB al apoyo de los países pobres, mientras que muy pocos han cumplido su promesa.
Son todas verdades como templos:
1. Hemos trasladado nuestro «nivel de vida» consumista a China, India y Brasil y nos está saliendo el tiro por la culata.
2. Es que no solo estamos gastando alimentos para carburantes. Es que además para aumentar la producción de estos productos se está quitando pulmones a la tierra, desforestando.
3. Algunos fueron a la guerra en Iraq, porque en Kirkuk está una de las mayores reservas de petróleo del mundo. ¿A qué nos ha servido esta guerra?
4. La especulación es uba de las enfermedades de nuestro sistema de capitalismo «liberal», ya que falsifica la economía real. «Jugar» en la bolsa es «jugar» con la economía. Y con la economía no hay que jugar…
Y lo de la promesa del 0,7%: Muchos siguen pensando que el tercer mundo está lejos, cuando nos está llegando en pateras repletas…