El objetivo del mes de Mayo de la Agenda 2030 se enmarca dentro del ODS 10: Reducir las Desigualdades. Incluyendo múltiples dimensiones del impacto de la pandemia y la necesidad de construir sociedades más igualitarias, inclusivas y sostenibles frente a posibles pandemias, cambio climático y otros problemas clave de nuestro tiempo.
El COVID-19 está poniendo a prueba no solo a nuestros sistemas sanitarios, sino también nuestra humanidad común. Afecta a todo el mundo en todos los lugares del planeta, pero golpea con más fuerza a las comunidades más pobres y vulnerables, incrementando las desigualdades existentes. Al mismo tiempo, las desigualdades sociales, políticas y económicas están amplificando los efectos de la pandemia.
La comunidad internacional ha logrado grandes avances sacando a las personas de la pobreza. Las naciones más vulnerables —los países menos adelantados, los países en desarrollo sin litoral y los pequeños Estados insulares en desarrollo— continúan avanzando en el ámbito de la reducción de la pobreza. Sin embargo, siguen existiendo desigualdades y grandes disparidades en el acceso a los servicios sanitarios y educativos y a otros bienes productivos.
Además, a pesar de que la desigualdad de los ingresos entre países ha podido reducirse, dentro de los propios países ha aumentado. Existe un consenso cada vez mayor de que el crecimiento económico no es suficiente para reducir la pobreza si este no es inclusivo ni tiene en cuenta las tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Afortunadamente, la desigualdad de ingresos se ha reducido tanto entre países como dentro de ellos. En la actualidad, el ingreso per cápita de 60 de los 94 países de los que se tienen datos ha aumentado más rápidamente que el promedio nacional.
También se han logrado algunos progresos en la creación de condiciones de acceso favorables para las exportaciones de los países menos adelantados.
Con el fin de reducir la desigualdad, se ha recomendado la aplicación de políticas universales que presten también especial atención a las necesidades de las poblaciones desfavorecidas y marginadas. Es necesario que haya un aumento en el trato libre de aranceles y que se continúen favoreciendo las exportaciones de los países en desarrollo, además de aumentar la participación del voto de los países en desarrollo dentro del Fondo Monetario Internacional (FMI). Finalmente, las innovaciones en tecnología pueden ayudar a reducir elevado costo de transferir dinero para los trabajadores migrantes.
- En 2016, más del 64,4% de los productos que los los países en desarrollo exportaban a los mercados mundiales se encontraron con aranceles nulos, un aumento del 20% desde 2010.
- La evidencia de los países en desarrollo muestra que los niños en el 20 por ciento más pobre de la población tienen hasta tres veces más probabilidades de morir antes de cumplir cinco años que los niños en los quintiles más ricos.
- La protección social se ha extendido significativamente en todo el mundo. Sin embargo, las personas con discapacidad tienen hasta cinco veces más probabilidades de enfrentarse a gastos de salud calificados de catastróficos.
- A pesar de la disminución general de la mortalidad materna, en la mayoría de los países en desarrollo las mujeres de las zonas rurales tienen hasta tres veces más probabilidades de morir durante el parto que las mujeres que viven en centros urbanos.
- Hasta el 30% de la desigualdad de ingresos se debe a la desigualdad dentro de los propios hogares, incluso entre mujeres y hombres. Además, las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de vivir por debajo del 50% del ingreso medio.
De acuerdo al nuevo UN policy brief, los tiempos de crisis pueden ser una oportunidad para invertir en políticas que cambien las tendencias de desigualdad turn the tide on inequality.
Estos son los números estimados a la fecha:
- 49 millones de personas que podrían entrar en situación de pobreza extrema en 2020 (World Bank).
- 265 millones de personas que podrían ser empujadas a morir por hambruna (WFP).
- 305 millones de empleos que se espera se pierdan en todo el mundo en el último trimestre del año 2020 (ILO).
- 1.000 millones de personas que viven en «slums» y otros enclaves con una muy alta densidad de población, con alto riesgo de infección (UN-Habitat).
Como destaca Amina Mohammed: «No podemos permitirnos volver al mundo de antes de la crisis. Esto significaría desatender vulnerabilidades y fragilidades que esta crisis ha revelado a simple vista».