En las últimas semanas se ha publicado el Libro Blanco del Empleo en Euskadi, fruto de la colaboración entre el Departamento de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco y la Fundación ISEAK, especializada en el análisis del mercado laboral y las políticas sociales.
En un contexto de múltiples retos e incertidumbres, esta publicación pretende aportar conocimiento y contribuir al debate en torno a la situación del empleo en Euskadi. Para ello, se realiza un diagnóstico del panorama actual, posteriormente se identifican tres transiciones clave (demográfica, tecnológica y climática), así como las posibles formas de afrontarlas, y por último se presentan varias actuaciones concretas que podrían ser beneficiosas para la sociedad vasca. Desde la Fundación Novia Salcedo intentaremos resumir los principales contenidos del informe.
Punto de partida:
La situación de partida en Euskadi es relativamente buena en comparación a otras regiones de España. Sin embargo, hay una serie de colectivos que no han podido recuperarse satisfactoriamente tras la crisis de 2008 y la pandemia de COVID-19. El Libro Blanco incide en la importancia de no olvidarse de los colectivos más afectados, particularmente dada la preocupante tendencia creciente de la desigualdad y la pobreza laboral (personas que no pueden salir de situaciones de pobreza a pesar de tener trabajo). El informe apuesta por la creación de más y mejor empleo como la mejor forma de combatir estos problemas y conseguir un mayor bienestar social.
Tres transiciones a las que Euskadi debe enfrentarse:
- Transición demográfica: Euskadi envejece a una velocidad mayor que otras regiones. Esto provoca cambios en el mercado de trabajo, como el aumento de la demanda de trabajadores en sectores dedicados al cuidado y satisfacción de las necesidades de la población más envejecida. La edad media de la población trabajadora aumenta, y de la misma manera aumenta la cantidad de población jubilada en comparación con aquellos en edad de trabajar, lo que genera dudas en torno a la sostenibilidad de ciertos servicios propios del estado del bienestar.
En vista de esta situación, se considera necesario conseguir que aumente y rejuvenezca la población en edad de trabajar. Algunas medidas que podrían aumentar las posibilidades de éxito al atravesar esta transición son la atracción y retención del talento, facilitar la conciliación laboral para asegurar que colectivos como las mujeres puedan trabajar en la medida que lo deseen, así como las políticas para integrar a la población inmigrante en nuestro sistema.
- Transición tecnológica: esta transición puede crear cambios en los perfiles que son requeridos por las empresas. Además, ciertos empleos pueden sufrir un proceso de automatización que fuerza a los trabajadores a adaptarse o complementar su formación de acuerdo a las nuevas demandas del mercado. Es necesario, por lo tanto, evitar un posible aumento de la desigualdad causado por las disrupciones en materia tecnológica, por lo que el informe sugiere que hay que afrontar la transición conectando las necesidades de las empresas con la formación de los trabajadores. Una mejor formación previa a la entrada en el mercado laboral, así como más políticas de formación y recualificación una vez comenzada la vida laboral de las personas pueden ser muy útiles. Del lado empresarial, en cambio, se considera necesario incentivar las tecnologías que actúen en beneficio del empleo aumentando la productividad y dando lugar a nuevos puestos de trabajo.
- Transición climática: es imprescindible elaborar un plan de actuación que tenga en cuenta la situación del empleo durante la transición climática. Serán necesarios cambios en el modelo productivo, de forma que es importante tener clara una estrategia que garantice el éxito de la transición. Entre los principales afectados se encuentran los sectores de la energía (se prevé una mayor importancia de las renovables, aunque el efecto neto descarbonización es incierto), así como los sectores automotivo y de transporte. Algunas propuestas que llevarían a la sociedad hacia una economía circular conllevarían cambios en la importancia de ciertos sectores productivos (más reparación y reciclaje de productos usados, menos producción de productos nuevos).
La manera de afrontar la transición parece clara: hay que asegurarse de que se produce una transición justa, sin grandes desigualdades que dejen atrás a parte de la sociedad vasca. La inversión en I+D es clave, especialmente en tecnologías que favorezcan los objetivos climáticos a la vez que creen oportunidades laborales.
Actuaciones concretas y propuestas:
El Libro Blanco no se olvida de mencionar ciertos fenómenos que afectan al marco de la economía vasca, como pueden ser la globalización o la deslocalización. Teniendo en cuenta estas tendencias globales que moldean la economía local, y habiendo identificado claramente tres transiciones a las que habrá que dar una respuesta que garantice el bienestar social y el crecimiento de productividad y empleo, el informe avanza una serie de propuestas que podrían acercar a Euskadi a sus objetivos.
Concretamente, divide las propuestas en función de la etapa en la que deben ser impulsadas, abarcando así actuaciones previas a la entrada de la población en el mercado laboral, actuaciones durante su integración en el mercado y actuaciones posteriores a que los ciudadanos hayan ingresado en el mercado.
La siguiente tabla resume las principales actuaciones identificadas:
Fuente: Libro Blanco del Empleo en Euskadi.
El informe concluye haciendo una llamada a la colaboración entre todos los actores sociales en busca de una estrategia conjunta de cara al futuro. Algunas de las claves avanzadas por el Libro Blanco del Empleo servirán de marco para la discusión y el debate, y quizá puedan sentar las bases de futuras políticas de empleo en Euskadi.