(Haciendo clic en el título se enlaza con el artículo original del estudio, publicado en Psicothema 2006 – Clicking on the title brings you to the original article of the study, published in Psicothema 2006)
Así se titula un artículo de los investigadores Joaquín T. Limonero, Joaquín Tomás-Sábado y Jordi Fernández-Castro de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Escola Universitària d’Infermeria Gimbernat, que da los resultados de un estudio cuyo objetivo era analizar el papel de la Inteligencia Emocional Percibida (IEP) en el consumo de tabaco y cannabis en 133 estudiantes de psicología (114 mujeres y 19hombres) con una edad comprendida entre 18 y 27 años, y una media de edad 21.52 años.
Según los autores, los principales resultados obtenidos apuntan a que los estudiantes que consumen tabaco o cannabis presentan niveles bajos en el TMMS, una medida que evalúa la habilidad del individuo para percibir, comprender y manejar las emociones. Los resultados, que los autores consideran como preliminares, parecen demostrar que algunos componentes del TMMS, no todos, tienen su influencia. Así, el componente de Reparación se manifiesta en los estudiantes que comenzaron a consumir tabaco o cannabis a una edad más temprana. También concluyen que la Claridad Emocional parece estar relacionada con el consumo ocasional de cannabis, de modo que los estudiantes con alta puntuación en este factor consumieron menos. Sin embargo la Atención Emocional no parece estar implicada en el consumo de estas sustancias. Los autores opinan que es preciso investigar más en las diferentes implicaciones de cada uno de los componentes de la IEP en el consumo de estas sustancias.
Conócete a ti mismo
La más importante inscripción del templo de Apolo en Delfos era esta leyenda: «¡Conócete a ti mismo!». Una de las que se atribuían a los «Siete Sabios de Grecia», y aconsejaban entre otras cosas el dominio de sí mismo y la moderación. Junto a estas palabras se leía también: «¡Guarda en todo la medida!», y «¡Guárdate de la exageración!»
¡Conócete a ti mismo!, la leyenda que Sócrates hizo suya y que convirtió en uno de los pilares básicos de su filosofía, era la frase que más nos repetía mi padre a todos los hermanos. Y es que el fue un sabio que había caído en la cuenta de que conocerse era la mejor manera de abordar la vida, de enfrentar los problemas y de mantener unos valores sanos que nos ayudaran a crecer. «¡Con inteligencia, nena, con inteligencia!» me decía cuando acudía a consultarle algún problema. Así que, ahora se me ocurre, al hilo del citado estudio, que deberíamos ayudar a los jóvenes que se acercan a NSF a conocerse a sí mismos para ser capaces de «comprender y reparar las emociones negativas» que, de otra manera, les llevarían a caer en falsos apoyos obviamente efímeros como son las drogas.