El Consejo Europeo, presidido por Herman Van Rompuy, ha adoptado en su reunión en Bruselas los días 24 y 25 de marzo 2011 un paquete comprensivo de medidas para responder a la crisis, para preservar la estabilidad financiera y para fijar la base para un crecimiento inteligente, sostenible, socialmente inclusivo, y que crea empleo. Con estas medidas el Consejo espera reforzar la gobernanza económica y la competitividad del área del euro y de la Unión Europea.
En particular los Estados Miembros deberán presentar un plan multianual de consolidación que incluye objetivos específicos de déficit, ingresos y gastos, la estrategia prevista para conseguir estos objetivos y el plazo para su implementación. Las políticas fiscales para 2012 deberán perseguir restaurar la confianza reconduciendo las tendencias en un camino sostenible y asegurando que los déficits sean reducidos por debajo de 3% del PNB dentro del marco acordado por el Consejo. Esto requiere en la mayoría de los casos un ajuste estructural anual bastante por encima del 0,5% del PNB. La consolidación deberá ser adelantada en los Estados Miembros que se enfrentan a grandes déficits estructurales o a muy altos o rápidamente crecientes niveles de deuda pública.
Los esfuerzos de consolidación fiscal deben ser complementados con reformas estructurales que intensifican el crecimiento. Con este fin, los Estados Miembros enfatizan su compromiso con la Estrategia Europea 2020. En particular implementarán medidas con el fin de:
• Hacer el trabajo más atractivo
• Ayudar a los desempleados a volver al trabajo
• Combatir la pobreza y promover la inclusión social
• Invertir en educación y formación
• Equilibrar la seguridad y la flexibilidad
• Reformar el sistema de pensiones
• Atraer el capital privado para financiar el crecimiento
• Impulsar la investigación y la innovación
• Permitir el acceso a la energía eficiente en costes y reforzar las políticas de eficiencia energética
Los Estados deberán presentar asimismo medidas políticas para corregir los desequilibrios macroeconómicos persistentes y para mejorar la competitividad.
El Consejo sigue también la situación catastrófica de Japón, que activa la conciencia de que se debe mantener un control estricto sobre la seguridad de la energía nuclear.
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