En el Documento de Trabajo de Educación nº 45 (5/03/2010), editado por la OCDE, Frank Levy, del Departamento de Estudios y Planificación Urbana del MIT, trata de este tema en un documento que lleva como título “How Technology Changes Demands for Human Skills”
He aquí un resumen traducido al castellano:
Este artículo sitúa las competencias que serán medidas por el Programa de la OCDE para la Evaluación de las Competencias de los Adultos (Assessment of Adult Competencies –PIAAC), en el contexto de los desarrollos tecnológicos que están rediseñando la naturaleza del puesto y el lugar del trabajo en el siglo XXI. La fuerza tecnológica más amplia que está dando forma al trabajo es la computadora. Las computadoras son más rápidas y menos costosas que las personas en la realización de ciertas tareas laborales y más débiles que las personas en la realización de otras tareas. Basándose en un entendimiento de los tipos de trabajos que las computadoras realizan satisfactoriamente, es posible describir el trabajo que quedará para las personas en el futuro, las competencias que este trabajo requiere y la manera en la que las computadoras puedan asistir a las personas para realizar este trabajo. El documento argumenta que un puesto laboral con fuerte contenido tecnológico requiere competencias fundamentales, tales como el cálculo numérico y la alfabetización (ambas a ser examinadas en PIAAC), la competencia avanzada en la solución de problemas o Experting Thinking (similares a la aptitud de resolver problemas en un entorno altamente tecnológico que será evaluado en el PIAAC), y competencias avanzadas de comunicación o Complex Communication (no evaluadas en el PIAAC)
Frank Levy afirma que “es una característica de los mercados de trabajo que la tecnología puede cambiar más rápidamente la naturaleza del trabajo que las personas pueden cambiar sus competencias, y que el Programa de la OCDE para la Evaluación de las Competencias de los Adultos es un primer paso ambicioso para remediar a este problema mediante la construcción de una imagen nítida de la distribución actual de las competencias necesarias para trabajar en entornos de trabajos intensos en tecnología”, y en sus conclusiones advierte que estos programas pueden evitar que el sistema educativo de los países pueda perder el contacto con las tendencias del mercado del empleo. Finalmente considera que este programa debe considerarse como un trabajo en progresión.