Desde la privilegiada atalaya de la Fundación Encuentro, José María Martín Patino -Jesuíta formado en la Filosofía y la Teología, y hombre de confianza del cardenal Tarancón durante la Transición-, observa con enorme preocupación la intolerancia que se ha impuesto en la vida política española y reclama que se recupere el espíritu de diálogo y mediación que imperó durante la transición.
Hace ya más de 20 años José María Martín Patino creó la Fundación Encuentro para estudiar los problemas de la sociedad española y promover el diálogo para su resolución. En el último informe publicado la mayor preocupación destacada es el déficit de ciudadanía, el declive del diálogo, el olvido del pasado y una falta de “profetismo” sobre el futuro. Y a este respecto, se retrocede en el espíritu de convivencia.
Y, en su opinión, la función que debe de realizar la Iglesia es “pura y simplemente de mediadora”. La Iglesia tiene que optar por la mediación cultural, tiene que convencer a la gente, crear cultura, estudiar los problemas, analizarlos. La Iglesia sólo puede influir mediando y mediar significa reconocer, infundir esperanza, mirar al futuro, analizar los problemas que tiene la sociedad. Eso es mediar y eso es desarmar los conflictos, no aumentarlos.
Los jesuitas, congregación a la que pertenece, tienen un voto de dedicación a la gente más ignorante y la influencia de estar cerca del poder les interesa muy poco. A Ignacio de Loyola el poder no le interesaba nada, a él le interesaba el espíritu. Y a los jesuitas lo que les importa es gente con el espíritu libre, aunque esta libertad acarree problemas. El Concilio Vaticano II volvió a los orígenes, como hacía San Ignacio, al espíritu ignaciano y la opción por los pobres.
Por todo ésto, lo que interesa es la Iglesia de la mediación en una sociedad tan heterodoxa como la española que está necesitada de mediaciones y se está quedando en manos de los tribunales de justicia y de los policías. España camina en un declive de ciudadanía.
Los Jesuitas siempre han tenido los pies firmes en la tierra y por eso han creado tantos colegios con una enseñanza de calidad. Es verdad que el papel de mediadora de la Iglesia es importante, hasta tal punto que los políticos, cuando son incapaces de solucionar un conflicto, han recurrido más de una vez a ella como último recurso. En el fondo mediar es una forma de amar al prójimo, un deber de los creyentes. ¿Y de los no creyentes?
Muy buen artículo. Acertadísima su inserción en este Blog.
Felicidades, pues, por ello.
Más, con los tiempos que corren, la iglesia vasca, la
conferencia episcopal, la política nacional, todo muy a
colación. No se puede decir más. Sólo leerlo y pensarlo.
Os felicito por crear una página con criterios de calidad.Beuys un gran artista contemporáneo también dice: «Dinero no es Capital»
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