Sí, la Década del Empleo Juvenil puede ser la solución. Esa es la opinión de la Fundación Novia Salcedo, la de más de 350 organizaciones de 52 estados que se han sumado a la campaña internacional así como la de los Gobiernos vasco y español que de una forma u otra lo han aprobado en sus preceptivos Consejos, porque comparten que el Empleo Juvenil es un problema planetario ya que no hay sociedad, ni cultura que de una forma u otra no lo reconozcan como tal, cierto es que en algunos lugares la gravedad es mayor. En Euskadi es muy grave: 40% de desempleo juvenil.
Hablamos del proyecto Pegasus, Campaña de la Sociedad Civil Global para que NN.UU. declare 2016-2025 como Década del Empleo Juvenil.
La cuestión está en el tránsito del puede ser la solución al lo es y dentro de una década al lo ha sido. Lo que no es nada sencillo y como no lo es se requiere de suficientes países, personas y organizaciones comprometidas, capaces, ilusionadas, trabajando armoniosamente de forma colaborativa con la brújula perfectamente orientada al norte, que en este caso no es otro que conseguir erradicar la lacra de la falta de empleo digno para la juventud. No hace falta decir que todo lo que se refiere a la dignidad del empleo juvenil es poliédrico por lo que su solución ha de pasar por una buena diagnosis y en base a ella por el tratamiento personalizado para cada joven, para cada organización, para cada comunidad gracias a la acción compartida de agentes de estos tres niveles. Diagnosis que ha de empezar por un profundo conocimiento de la realidad existente, no de la que a uno le gustaría, o dice, tener.
Sobre la premisa anterior, el primer requisito a cumplir es el de tener un entorno social enmarcado en un Estado de Derecho que siendo apto para generar actividad económica suficiente esté dotado de mecanismos compartidos para el reparto digno de la riqueza generada a través del empleo, de la solidaridad y de la carga impositiva. En los lugares donde no hay empleo juvenil suficiente la Década puede ayudar a crear las bases para cambiar la realidad socioeconómica existente de cara a optimizar el resultado del empleo mejorando tanto el nivel de actividad económica como los mecanismos compartidos de su reparto. Lo puede hacer a través de reflexiones-acciones de las organizaciones capacitadas y cualificadas que operan en cada ecosistema económico, aplicando herramientas contrastadas que precisan de la evaluación de los resultados de la acción. Resultados que una vez analizados han de llevar a implantar nuevas propuestas, en un circuito operativo que una vez iniciado ya no tiene fin, buscando conocer los qué, cómo, porqué son las cosas pudiendo y debiendo ser de otra forma, y lo han de hacer a través del estudio y evaluación de las realidades comparadas con las de los lugares donde se reconozca que se dan las mejores prácticas avaladas por mejores resultados.
En los lugares donde se dan las mejores prácticas sobre el empleo se sabe que hay cuatro agentes sociales imbricados en sistemas colaborativos singulares, o lo que es lo mismo no clónicos sino que adaptados a las especificidades culturales y sociales locales: son las administraciones públicas, los empresarios, los sindicatos y la sociedad civil. ¡Ojo!, obsérvese que si bien la sociedad civil no se sienta en las mesas directamente si está presente en ellas ya que es la que irriga las formas de ser y hacer de las personas que representan a los tres agentes sociales negociadores. Y es así porque su sociedad civil es querida, fuerte y comprometida como consecuencia de que en ellas se practican el diálogo y respeto entre diferentes para incluir en lugar de excluir. La Década puede ayudar a construir sociedades civiles comprometidas, dialogantes y respetuosas.
La actividad económica, el empleo y todo lo que se deriva de ambos tiene mucho que ver con los valores de la sociedad y con la sintonía entre los valores declarados y los valores practicados. Así dónde se declara que la persona es el centro pero luego se la margina, se la excluye, no se comparte con ella; donde se dice que la educación es fundamental pero se ignora que es un proyecto de construcción dialogada en y para el largo plazo; donde se pregona que la innovación es uno de los ejes imprescindibles para disponer de una economía sostenible pero ante la dificultad se opta por ser menos innovador; donde la valoración social del empresario, del sindicato, del gobierno está bajo mínimos; donde no se han desarrollado mecanismos naturales para el tránsito de la juventud desde el mundo de la educación al laboral; donde en su larga lucha por la igualdad la mujer no ha conseguido la equidad. En todos estos «dóndes» y en otros treinta más identificados por NSF, la Década bien puede tener sentido para poner en orden de forma compartida aquello que hay que hacer sin miedo a hacerlo.
El proyecto Pegasus, que nació en Bilbao en julio de 2013 de la mano de la Fundación Novia Salcedo, con la ayuda de la sociedad civil, del Ayuntamiento de Bilbao, del Gobierno Vasco, con el liderazgo internacional y ante las Naciones Unidas del Gobierno de España, está llamado a ser la llave para que la sociedad global sea justa con la juventud.
Luis Cañada
Ícaro Think Tank. Presidente de Fundación Novia Salcedo