El periodista Meg Handley escribe en la edición mundial de TIME.com un artículo “La crisis de la Educación de Europa: Los costes de la enseñanza superior se disparan”, datado el 4 de abril. Se disparan tanto, que muchos estudiantes no tienen suficiente “pasta” para pagar sus estudios, a pesar de que son capaces de sobrevivir comiendo fideos y tostadas. Por ejemplo en Irlanda. En los últimos 15 años, las tarifas en universidades irlandesas que cubren el costo de los servicios de registro, exámenes y alumno han pasado del equivalente de 240 dólares por estudiante a casi 2.000. Y encima, el gobierno ha cortado la financiación a las universidades en un 5% el año pasado, y Sullivan, de la Unión de Estudiantes de Irlanda, prevé que cortará otro 5% este año. La crisis golpea también a los estudiantes, que no aparecen en las estadísticas de los parados.
Aunque Europa sigue manteniendo un sistema de enseñanza superior de un costo relativamente bajo en comparación con los Estados Unidos, la crisis ha tenido como consecuencia que los gobiernos han hecho que recortes masivos en los servicios públicos y han comenzado a cobrar por las cosas que antes fueron gratuitas. Meg Handley cita a Thomas Estermann, responsable de financiación de la Asociación Europea de Universidades, quien expresa su preocupación: «Por un lado, vemos lo importante que es para invertir en la educación superior y en la investigación para superar la crisis, pero los gobiernos que tuvieron que apalancar sus sectores financieros tienen que hacer recortes en algún sitio. “
Los recortes más dramáticos han llegado en la Europa del Este, particularmente en Letonia, donde el Gobierno ha reducido la financiación pública para la educación superior a la mitad desde 2008. Polonia, Hungría y Estonia han hecho o planean hacer recortes de entre 4% y 7%. Pero no es sólo en el este de Europa: las naciones europeas más ricas también están sufriendo el mordisco. Este mes, Gran Bretaña anunció recortes tan altos como el 14% a algunos presupuestos universitarios, mientras que las escuelas tanto italianas como españolas se enfrentan a reducciones de alrededor del 10%. Según Meg Handley, la situación es tan mala en España que las escuelas han prolongado vacaciones festivas el año pasado para ahorrar dinero en calefacción, agua y electricidad.
Hay dos excepciones. Alemania planea aumentar su presupuesto de educación con más de un 9% en 2010, mientras que Francia aumenta el gasto en educación superior con alrededor del 5,3% con respecto al año pasado. Sin embargo, los expertos advierten que los aumentos de presupuesto de este calibre no pueden durar en la recesión económica. Suecia y Finlandia, donde se paga la enseñanza con altos impuestos a los ciudadanos, han decidido según parece a cobrar matrículas a estudiantes no europeos.
Según Paul Flather, director de Europaeum, una asociación de diez universidades europeas, estos recortes a corto plazo tendrán efectos a largo plazo sobre las universidades y minarán estos “motores” de la democracia.
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