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La belleza del compromiso

Hace tanto tiempo como 2.500 años, hubo una vez en Roma, y sólo por esa vez en toda su historia, un hombre, un patricio, un general, un cónsul, un Cónsul de Cónsules que estando en la cúspide se retiró a su granja, volvía a su semilla, a su cuna para llevar una vida haciendo lo que su yo le pedía, campo y reflexión, naturaleza y escritura.

En la metrópoli las cosas no iban como se esperaba y deseaba, pueblos vecinos asediaban Roma y el cataclismo se anunciaba. Había que actuar rápido, cambiar y el Senado lo hizo: le mandó venir, pero no lo hizo porque sí, lo hizo sus capacidades y valores ya que en él se concentraban gran cantidad de atributos como nos refiere Catón el Viejo, rectitud, honradez, integridad, junto con otras virtudes romanas, como frugalidad rústica y falta de ambición personal, virtudes que supo combinar con una capacidad estratégica militar y legislativa notables.

Cuando le fueron a buscar, a Cincinato, se llamaba Concinato, le encontraron arando la tierra y cuando terminó su mandado se volvió al campo para arar la tierra.

Hace tanto tiempo como 38 años España entró como miembro de pleno derecho en la Unión Europea y en Asociación Novia Salcedo las cosas no iban como se deseaba con lo que el cataclismo se anunciaba. Un hombre paciente, observador y sabio buscaba en su firmamento una estrella a la que asirse, un anclaje cósmico. Fue a casa de un matrimonio amigo y allí coincidió con una joven recién madre. Su sensibilidad para el análisis del comportamiento y capacidades de las personas le mandó un preludio de WhatsApp con el mensaje: “Txomin, eh ahí a la mujer”, “Bereciartua, date prisa”.

Aquella mujer era, y es, Begoña Etxebarria, mujer recta, honrada, íntegra, paciente, sin ego, estudiosa, maestra, escuchante, comprometida, apasionada por la equidad y la justicia, recién licenciada en Sociología por Universidad de Deusto, que soñaba con un mundo nuevo para la juventud, para la mujer, para todos. Ella no dudó en aceptar la invitación de comprometerse a salvar de los rescoldos el proyecto Novia Salcedo. Ella no sabe cómo ni porqué, pero tomó una decisión, esta: “las personas que han de sacar adelante este maravilloso proyecto deben de ser profesionales, deben ser de retribuidas dignamente por su trabajo, deben de ser trabajadores con plenos derechos” con la condición de “aquí no sobra nadie, lo vamos a hacer con quienes quieran quedarse …”. Ella, a medida que pasaba el tiempo, que por cierto era un tiempo de duración muy corta (de vez en cuando emplea el lenguaje de Bergson para perturbar humorísticamente a los ingenieros), se apasionaba más y más por la potencia de los equipos llegando a ser simultáneamente jugadora y entrenadora. Ella ha propiciado los escenarios para vivir el trabajo en condiciones de ductilidad de alta resiliencia, debiendo interpretarse ambos conceptos con la cultura de la ingeniería de materiales, ella es como un junco que se puede doblar y retorcer hasta exprimir su esencia sin jamás romperlo.

Poco a poco los equipos fueron construyendo un nido cuyo primer inquilino fue el Ave fénix de Novia Salcedo, ave que ha volado con éxito varias veces en la vida de la Fundación, ave que ha sabido conducirlas a los lugares adecuados para reiniciar el proyecto, ave que ha anidado en el campanario que han creado con sus emociones y talento, su emotalento, y que sale a volar por ellas cuando todo se pone al revés.

Poco a poco los equipos en su quehacer empírico diario por la juventud fueron descubriendo que la sociedad perdía el estado sólido para hacerse líquida, pasando luego del estado líquido al evanescente. Ellas, tomando nota de los acueductos, viaductos, caminos y otras obras de los romanos han aprendido a gestionar los estados de liquidez y evanescencia con las herramientas del conocimiento, el equipo, el liderazgo compartido que no tardaremos mucho en querer estudiarlo en los centros académicos.
Begoña, por haber dado luz sobre la problemática de la juventud, eskerrik asko.
Begoña, por haber mostrado la belleza del compromiso, eskerrik asko.

Maite Aranzabal, Presidenta Fundación Novia Salcedo
Luis Cañada, expresidente Fundación Novia Salcedo

 

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