El pasado viernes 8 de abril tuvo lugar en Bilbao el IV Foro de Mujeres en el Espacio Público, organizado por la Fundación para la Innovación Social de la Cultura con el título «El reto del empleo». La Fundación Novia Salcedo (NSF) fue invitada a participar dando su perspectiva sobre el empleo de los jóvenes, principal tema que les ocupa y preocupa.
La Directora de la Fundación y una miembro del Ícaro Think Tank de la misma, tuvieron la oportunidad de compartir el análisis sobre la situación del empleo joven con representantes de las empresas Diara Design, LKS Ingeniería, y Cátenon, S.A.
El debate se inició a partir de la constatación de que la situación actual es realmente grave para los jóvenes. Tradicionalmente son éllos quienes tienen que enfrentar más vulnerabilidades a la hora de lograr un empleo que el resto de trabajadores, una pauta que se repite incluso en el mejor de los tiempos (económicamente hablando) y en todas las regiones del mundo. La crisis, por su parte, ha venido a subrayar la fragilidad de los jóvenes en el mercado laboral. Las cifras son alarmantes: ya a finales de 2009 la propia OIT estimaba en 81 millones los desempleados jóvenes en el mundo.
Hay varias las razones por las cuales los jóvenes son más vulnerables en shocks económicos: la falta de competencias y de experiencia laboral, unas redes sociales más débiles en el mundo laboral, la falta de orientación en el mercado… Y las perspectivas no son nada halagüeñas: la inaccesibilidad a un empleo de calidad, una realidad previa a la crisis para la mayoría de los jóvenes, va a continuar en la post-crisis. A pesar de que la tendencia en cuanto al desempleo de este grupo para 2011 tiende a la baja, la recuperación será más lenta que para los adultos.
Con menos posibilidades de elección a su alrededor, muchos de los jóvenes que encuentren trabajo probablemente quedarán estancados en el desempeño de una tarea que no cuadre con sus competencias, su nivel de formación, o sus deseos de realización profesional.
Entonces, ¿cómo de efectivo es revertir esta situación? La razón más obvia es la satisfacción personal y la proyección para su vida que un trabajo de calidad puede ofrecer a los jóvenes, así como superar los efectos preversos que el desempleo tiene para ellos: tiempos de entrada al mercado laboral más lentos, y condiciones más pobres y desordenadas en la transición, lo que les lleva a una postergación de la vida autónoma. Pero otra razón, también muy importante, es el beneficio que supone aprovechar todo el potencial productivo de los jóvenes para el desarrollo de un país.
A modo de conclusión, NSF propone sumarse a las recomendaciones dadas por la OIT para la creación de políticas activas de empleo que faciliten la inserción de los jóvenes en el mundo laboral, incluyendo los siguientes elementos: mejor conocimiento del colectivo, fomento de los programas de emprendizaje, desarrollo y reconocimiento de competencias para el empleo, y puesta en marcha del trabajo en red entre todos los agentes que operan con el objetivo del empleo de los jóvenes.