La Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible , Sustainable Development Solutions Network (SDSN por sus siglas en inglés) fue creada en 2012 por el entonces Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el académico Jeffrey Sachs, con el objetivo de movilizar las universidades del mundo e instituciones del conocimiento para jugar un rol histórico en los procesos de transformación hacia un desarrollo sostenible. Tuvo un papel fundamental en el diseño de la Agenda 2030 para la creación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y, además, es la organización encargada de la elaboración de los conocidos informes anuales de sostenibilidad y felicidad mundial.
Nuestro interés hoy es acercar a los lectores del Blog NSF -Construyendo Capital Humano- los detalles del último Informe Mundial de Felicidad. Y es que hace diez años la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó una resolución proclamando el 20 de marzo como Día Internacional de la Felicidad. En la actualidad, existe un consenso cada vez mayor sobre cómo debe medirse la felicidad y esa aceptación mayoritaria indica que la felicidad nacional puede convertirse en un objetivo para los gobiernos a la hora de orientar sus políticas hacia un mayor nivel de bienestar de sus ciudadanos.
En cuanto a los resultados del informe, Finlandia se mantiene en la 1ª posición por sexto año consecutivo, mientras que España aparece en el número 32 del ranking. Afganistán y Líbano, países devastados por la guerra, continúan siendo los dos países más infelices que analiza el estudio. Este año Lituania es una novedad, puesto que aparece entre los veinte primeros países del ranking subiendo más de 30 puntos desde 2017.
Los diez primeros países en los niveles de FELICIDAD son:
1.- Finlandia; 2.- Dinamarca; 3.- Islandia; 4.- Israel; 5.- Países Bajos;
6.- Suecia; 7.- Noruega; 8.- Suiza; 9.- Luxemburgo y 10.- Nueva Zelanda
Esta clasificación se basa en evaluaciones promedio del periodo 2020-2022 de la encuesta mundial de Gallup, donde se pide a los encuestados que evalúen su vida actual en su conjunto, utilizando una escala del 1 al 10. Alrededor de 1.000 personas son encuestadas por país.
El informe analiza seis factores clave para explicar la variación en los niveles de felicidad auto declarados en más de los 150 países estudiados: apoyo social, ingresos, salud, libertad, generosidad y ausencia de corrupción.
Fuente: World Happiness Report
“El objetivo final de la política y la ética debería ser el bienestar humano”, afirma Jeffrey Sachs, presidente de SDSN. “El movimiento de la felicidad demuestra que el bienestar no es una idea ’blanda’ y ‘vaga’, sino que se centra en áreas de la vida de importancia crítica: condiciones materiales, riqueza mental y física, virtudes personales y buena ciudadanía. Tenemos que convertir esta sabiduría en resultados prácticos para lograr más paz, prosperidad, confianza, civismo -y sí, felicidad– en nuestras sociedades”.
“La felicidad media y las clasificaciones de nuestros países… se han mantenido notablemente estables durante los tres años de COVID-19”, afirma John Helliwell, profesor de la Universidad de Columbia. “… las emociones positivas han seguido siendo dos veces más frecuentes que las negativas, y los sentimientos de apoyo social dos veces más fuertes que los de soledad”.
España, como se ha dicho, ocupa el puesto 32 del ranking y baja tres posiciones en relación al estudio del pasado año, una tendencia similar a la de otros países europeos, que se puede explicar por las restricciones impuestas por la COVID-19 y las posteriores consecuencias económicas; ya que esta edición mide los datos a partir del año 2020. El informe también incorpora una nueva clasificación que mide la desigualdad entre los habitantes más y menos felices de un territorio. En este ranking, sin embargo, España mejora su posición hasta el puesto 17, situándose por delante de países como Alemania, Canadá o Japón.