El 80% de los españoles cree que el Gobierno está haciendo un mal trabajo en la lucha contra la corrupción según el barómetro global que Transparencia Internacional (TI) -organización global de la sociedad civil que lidera la lucha contra la corrupción en el mundo- presentó el pasado noviembre. Ningún otro país de la Unión Europea registra índices tan altos de reprobación ciudadana a la actitud del Ejecutivo. Y ésto, sin tener en cuenta los innumerables casos de corrupción que se están conociendo en los últimos meses de este año 2017. A continuación presentamos un resumen del Índice de Percepción de la Corrupción 2016, publicado por Transparencia Internacional España. http://transparencia.org.es/
La corrupción y la desigualdad se refuerzan mutuamente
Los Papeles de Panamá mostraron que para los ricos y poderosos sigue siendo demasiado sencillo aprovechar la opacidad del sistema financiero global para enriquecerse, en perjuicio del bien común. La corrupción y la desigualdad se refuerzan mutuamente creando un círculo vicioso entre corrupción, reparto desigual del poder en la sociedad y desigualdad en la distribución de la riqueza. Durante 2016, según el informe del Indice de Percepción de la Corrupción, se ha visto que en todo el mundo la corrupción sistémica y la desigualdad social se refuerzan recíprocamente, y esto provoca decepción en la sociedad hacia su clase política y un contexto propicio para que se impongan los políticos populistas.
Los resultados
El 69 por ciento de los 176 países incluidos en el Índice de Percepción de la Corrupción 2016 obtuvieron una puntuación inferior a 50, en una escala de 0 (percepción de muy altos niveles de corrupción) a 100 (percepción de ínfimos niveles de corrupción), y esto viene a evidenciar el carácter masivo y generalizado de la corrupción en el sector público a nivel mundial. Este año, han sido más los países que descendieron posiciones en el índice que los que escalaron puestos, y esto alerta sobre la necesidad de tomar medidas urgentes.
Dinamarca y Nueva Zelanda muestran los mejores resultados, con puntuaciones de 90, seguidas de cerca por Finlandia (89) y Suecia (88). Si bien ningún país está exento de corrupción, los países en el extremo superior comparten características de gobierno abierto, libertad de prensa, libertades civiles y sistemas judiciales independientes. Por décimo año consecutivo, Somalia tiene los peores resultados del índice, con apenas 10 puntos esta vez.
España y la corrupción
España ha mantenido la puntuación de 2015 y se sitúa con 58 sobre 100. Con ello mantiene la pérdida de dos puntos con respecto al IPC 2014 (que era de 60); la puntuación que recibió en 2013 fue de 59, con una bajada muy fuerte, por ello, tras observar los datos de 2014, se soñaba con que retomaríamos la mejora, pero los datos de 2016 no lo expresan. Ya estamos a 13 puntos y 20 puestos de Uruguay, a 17 de Chile y empatados con Costa Rica. Portugal y Polonia ya nos adelantan en 12 puestos. España está entrando en un pelotón de países que se han acercado peligrosamente a la corrupción sistémica muy recientemente, como Georgia o la República Checa.
Las siete encuestas en que se basa el índice indican, además, que España tiene una situación de corrupción comparativamente alta en relación a los países del euro (aunque no tanto en relación a los 176 países en su conjunto), una comparación con Europa que empieza a ser preocupante por nuestra falta de reacción y la aceptación del declive. En todo caso, con esta puntuación se puede aceptar que, aunque, en su conjunto, España no tiene corrupción sistémica, como ocurre en un gran número de países, sino múltiples escándalos de 3 corrupción política en los niveles superiores de los partidos y de los gobiernos, nuestra imagen ante el mundo vuelve a enturbiarse. También es cierto que en estas cuatro últimas ediciones del IPCorrupción ha alcanzado las puntuaciones más bajas en los últimos quince años. Y este año la peor comparativamente.
Las medidas
Dados estos datos que se presentan, y máxime cuando los expertos se ratifican en sus apreciaciones anteriores y no vislumbran indicios de mejora, es evidente que podemos decir que o los efectos de las medidas tomadas hasta ahora en todos los niveles de gobierno no son aún percibibles (porque requieren más tiempo para sus impactos) o que son insuficientes y hay que seguir insistiendo en el trabajo anti-corrupción en todos los niveles de gobierno. Las dos afirmaciones son compatibles y en ellas nos ratificamos, como el año pasado. Ciertamente hay cambios importantes en marcha, sobre todo en las administraciones autonómicas y locales, que esperamos que mejoren la situación, pero son insuficientes y no acaban de ser implementados con éxito.
España tiene un problema de corrupción política muy serio y se tiene que afrontar de manera integral y sin parches. Es momento de que el Gobierno proceda a una evaluación seria de la implantación e impactos de las medidas tomadas, además de seguir los consejos que se le vienen dando desde Transparencia Internacional España. También desde otras asociaciones y expertos le aconsejan para que acometa un conjunto de reformas integrales en sus niveles de transparencia, rendición de cuentas, integridad, independencia de los órganos fiscalizadores y de control y calidad de los procesos de toma de decisiones y normativos.
Es momento de que las Comunidades autónomas y los 4 principales Ayuntamientos trabajen de forma conjunta y colaboren en la generación de sistemas eficaces y basados en buenas prácticas. Los datos de este año deben constituir el suelo desde el que iniciar el proceso riguroso de mejora. Nuestros mejores policías, jueces y fiscales, los miles de servidores públicos implicados en programas de transparencia, control, fiscalización y participación ciudadana, las asociaciones de lucha contra la corrupción y las promotoras de regeneración democrática, los buenos profesionales del periodismo, las empresas más honestas e innovadoras somos la coalición inicial con la que los gobiernos deben contar para lanzar un combate implacable contra esta lacra. La ciudadanía en su conjunto apoyará este camino con más confianza en las instituciones y una menor percepción de la corrupción si no cejamos en nuestro esfuerzo y ofrecemos buenos resultados.
Jesús Lizcano, Presidente de Transparencia Internacional España, ha manifestado: “Hay muchas cosas que mejorar en España en la lucha contra la corrupción, y es tan necesario como urgente que los Partidos políticos consideren la corrupción como un asunto de Estado y de claro interés social. Y adopten por fin un acuerdo integral sobre las medidas legales e institucionales más importantes para combatir este importante problema social, que tanto sigue preocupando a los ciudadanos”.
“Solamente si existe libertad de expresión, transparencia en todos los procesos políticos e instituciones democráticas sólidas, la sociedad civil y los medios de comunicación podrán exigir que quienes están en el poder rindan cuentas por sus actos. Y entonces será posible combatir con éxito la corrupción”.