Desde la pizarra.
Ese es el punto de vista desde el que el profesor mira día a día a sus alumnos.
No es el único, pero es el suyo: está ahí. Cuando tienes delante alumnos de 1º de Bachillerato que, en breve, tendrán que realizar la clave elección de sus estudios profesionales o universitarios, te preguntas con frecuencia: ¿cómo ayudarles mejor?
Hace unos años “inventamos” el “shadowing”, hacer la sombra a un alumno universitario durante un día, conociendo un grado universitario “desde dentro”. Soñamos más alto y pensamos en que pudieran hacer “la sombra” a un profesional durante un día: la labor era muy ardua y alcanzamos la cifra del 20% de chicos que podían realizar la acción, a la que decidimos llamar “Professional match”.
Y, no se ría el lector, una llamada de la Fundación Novia Salcedo, contando el Programa LanAldi, fue como la aparición del hada madrina haciendo realidad la ilusión: que todos los alumnos pudieran realizar esta actividad, a la que además este programa añade otros valores como son: las actividades de autoconocimiento, la introducción en la cultura del emprendimiento, la comprensión de las competencias profesionales que hacen mucho más significativo el acompañamiento al profesional y las actividades de puesta en común de la experiencia obtenida.
Tres años de experiencia nos permiten afirmar que esta acción SÍ funciona.
¿Por qué? Porque los alumnos se introducen en un mundo para ellos desconocido: el mundo de las competencias profesionales y el emprendimiento del que sí han oído hablar pero que “como no entra para examen” no acaban de creer que sea tan importante. Cuando Iñigo vio que una pequeña empresa se iba al traste por no entenderse los dos socios, comprendió que la comunicación es muy importante; o Juan, que comprobó que aquel jefe de equipo no era el que mejor calculaba las estructuras sino el que mejor dirigía a las personas; o Tomás, que se convenció de que en Ingeniería hay que dominar el inglés porque “oiga, es que allí los manuales están en Inglés y varias personas hablaban por teléfono en inglés”.
A muchos esta experiencia les sirve para confirmar su vocación profesional, como Jorge, que tuvo la suerte de ser profesor de Filosofía por un día o Alejandro, que confirmó su vocación a las letras compartiendo el trabajo de Juan, veterano Filólogo Hispánico.
A veces descubren que valen más de lo que piensan, porque “el jefe” les deja realizar algún cometido, como resumir en un minuto un caso que entra en un despacho de abogados para ver si lo aceptan o lo pasan a otro despacho; o porque su opinión final acerca de lo inhóspito de la sede “coincide” con que a los pocos meses el negocio cambia de local y, casualmente, le llaman para comunicárselo y para invitarle a trabajar otro día en la nueva sede.
Si es verdad que una imagen vale mil palabras, las imágenes que se pueden captar en un día valen mas que…bastantes palabras y más en el campo de la orientación profesional que es un área muy vivencial.
El mal tiene efectos colaterales no previstos; el bien, también.
Este programa tiene también sus “efectos colaterales Lanaldi”. Para mí, uno, y muy importante: cada año, en 1º de Bachiller, cuando comienza, remueve las aguas y produce una sana intranquilidad: hay que buscar y buscar bien la posible futura profesión. Despierta y anima a dedicar tiempo a las acciones orientadas a elegir sus futuros estudios universitarios.
Creo que Lanaldi es adelantar el futuro.
- Participe en el programa como Profesional que comparte una jornada, como centro educativo, o como alumno.
Información completa en la web de LanAldi.