“Bolonia es un trabajo en obras, pero sin embargo desde la firma en 1999 hemos obtenido una respetable serie de resultados. Pienso que el éxito de Bolonia puede explicarse en gran medida por la dinámica de abajo-arriba que sustenta todo el proceso. No se trata de un dictado desde arriba, ni tiene que ver con un tratado, pero de un compromiso hecho voluntariamente por los países participantes. Estos a su vez han pedido a las instituciones de enseñanza que tomasen la iniciativa para su implementación. Las escuelas superiores y las universidades no son por tanto sujetos pasivos de Bolonia, sino parte activa. Es evidente que esto conduce a que haya diferencias locales en la concretización de los objetivos, o que haya países que están en una situación mucho más avanzada que otros con la implantación, pero esto no importa. Además, uno de los efectos laterales positivos de estas conferencias de seguimiento es que estas diferencias locales se mantengan dentro de ciertos límites. Mucho se ha conseguido ya, pero queda por recorrer todavía un camino muy largo. Por ejemplo no puedes decir que la transparencia de los diplomas y la movilidad son un éxito, si un master en psicología de los Países Bajos tiene dificultades para ver reconocido su diploma en Bélgica, como ha sido el caso recientemente. Pero no se puede resaltar demasiado cosas como estas, porque se contraponen muchos otros ejemplos que demuestran que las ideas de Bolonia sí dan resultados reales. Podemos estar orgullosos de ello.”
Con respecto a los “rankings” de universidades, por muchos criticados, opina: “Puedes echar pestes a estos rankings, pero allí están y no desaparecerán. Pienso que no es bueno sufrirlos con resignación. Pienso que es oportuno construir un sistema propio dentro del mundo de la enseñanza, mejor fundado que el “tómalo” del Times Higher Education Supplement, y mejor que el ranking de Shangai y otros. Mejor, quiere decir en este caso principalmente: pluridimensional. Porque los rankings existentes toman en general en consideración pocos factores o factores muy unilaterales, por lo que sus cifras finales pueden presentar diferencias muy fuertes entre esos sistemas, y por consiguiente ofrecen poco soporte o tienen una utilidad muy limitada. La enseñanza superior tiene más tareas, muestra más aspectos. Esta multiplicidad y diversidad debes meter en juego, si quieres que una cifra represente algo fiable…”
Bolonia en tiempos de crisis. “Vivimos en una crisis económica, por lo tanto hay poco dinero para cosas nuevas. La enseñanza hace por su cuenta ya un gran mordisco en el presupuesto. ¿Debe esto inspirarnos para tomarnos las cosas con mucha calma? Al contrario, quiero justamente más medios para la enseñanza, también en Flandes, también y sobre todo ahora… Es justamente en tiempos de crisis que debes trabajar para el futuro, y para esto sirve la enseñanza. Es evidente que hay que gastar este dinero extra de forma inteligente. Por lo tanto todo debe estar enmarcado en buenos acuerdos, y los que quieren aprovecharse de los mismos deben ser capaces de aportar resultados.”
Frank Vandenbroucke, Ministro de Educación de Bélgica, opina sobre el Proceso de Bolonia
En ocasión de la reciente reunión de los ministros europeos de educación en Lovaina y Louvain-la-Neuve, organizada por los del BENELUX, el periodista Ludo Meyvis entrevista al ministro Frank Vandenbroucke en el periódico de la universidad KU Leuven. Extraemos algunos pasajes que reflejan el punto de vista del ministro.