Es bastante raro y por eso ha sido comentado por Joseph M. Lozano y Àngel Castiñeira en el diario catalán AVUI. El artículo comenta un anuncio que hizo una cervecera, y que se ha reproducido en todas las televisiones catalanas.
Así empieza el artículo:
Se ha dicho que en los medios de comunicación las buenas noticias son los anuncios. Una de las buenas noticias de los últimos tiempos ha sido el anuncio que, a caballo de la temporada triunfal del Barça, ha hecho la Damm (¿verdad que nos permiten ahorrarnos aquello tan ridículo de «una conocida marca de cerveza»?). Ha sido uno de los pocos mensajes positivos y propositivos que, en términos de valores, se han divulgado en nuestro país en los últimos meses.
Pero también ha sido una iniciativa sorprendente. Sorprendente por el formato, y sorprendente por quién lo propone. Si partimos del supuesto de que a quien corresponde transmitir valores es a las familias, la escuela, las iglesias o los políticos, la cosa chirría. ¿Qué hace una empresa, aquí en medio? Seguro que responde a una estrategia diferenciada de márketing y comunicación, y es una prueba de ello que hayamos caído en la trampa de hacer este artículo. De acuerdo, es publicidad… ¿pero que lo sea lo desacredita? En cualquier caso, representa un cierto punto de inflexión: hasta ahora cuando las empresas hablaban de valores lo hacían proclamando sus propios –y supuestos- valores de empresa. En este caso nos encontramos con una narración trufada de valores dirigida a la audiencia, y se supone que preferentemente a los jóvenes, dónde se propone un marco de referencia para ser compartido colectivamente y que tiene como eje conductor el trabajo bien hecho. Es curiosa la transmutación que se está produciendo: cuando iglesias y partidos se acercan a la publicidad para venderse y vender oscilan entre parecer poco creíbles o parecer que trivializan sus valores. Mediante los medios convencionales no conectan con la población; y si hacen publicidad la conexión – si se produce- no genera vínculos, sino incluso rechazo. En cambio, en una empresa no le genera ningún problema asociar la marca a un discurso sobre valores, y puede alcanzar perfectamente las dos cosas al mismo tiempo: el posicionamiento de la marca y el reconocimiento de los valores… si lo hace bien, claro está.
Continúa leyendo en el blog de Joseph M. Lozano, profesor del Departamento de Ciencias Sociales de ESADE, aquí.
Aunque esto no es un sitio para hacer publicidad comercial, hacemos una excepción mostrando el spot: