El Parlamento europeo ha publicado un Estudio Exploratorio acerca de las grandes evoluciones de la opinión pública europea desde que en 1973 se creó el Eurobarómetro. Desde entonces, la Unión Europea ha sorteado grandes retos en su historia de construcción institucional y política. Internamente se ha enfrentado a las primeras elecciones al parlamento europeo, a la firma de varios tratados, a las sucesivas ampliaciones, a la apertura de fronteras entre los Estados miembros y a la entrada en vigor de la moneda única, como los más señalados. Externamente han sucedido múltiples acontecimientos que han influido en su evolución: la caída del bloque soviético, conflictos internacionales, varias crisis del petróleo, periodos de inestabilidad monetaria y a partir de 2008 una crisis financiera y económica de dimensiones mundiales, de la que todavía no hemos salido.
En esta primera entrada, resumen del Estudio Exploratorio 2015, titulada LA UNIÓN EUROPEA, SU POLÍTICA Y SUS INSTITUCIONES, podemos destacar las siguientes conclusiones:
– En un primer tiempo, la Unión Europea aparece como una muralla frente a la crisis. Los indicadores de apoyo a la UE no mejoran, pero resisten.
– Los europeos reaccionan cuando los efectos de estas crisis parecen más concretos y son susceptibles de afectarles directamente. Las opiniones respecto a la UE han empeorado sensiblemente en los periodos de inestabilidad monetaria en los años 70 y 90, y después de 2008, cuando la crisis económica y financiera deviene en una crisis de la deuda con una fuerte subida del paro en ciertos Estados miembros, lo que registra un incremento de la opinión negativa sobre la UE
– A la inversa, el año 2007, con la adhesión de Rumanía y Bulgaria y en un contexto económico más favorable, es un año de récords de mayor apoyo y confianza en la UE
– En los grandes momentos institucionales el apoyo a la UE se incrementa, si bien previamente disminuye. Se puede ver esta oscilación en las ampliaciones sucesivas y en las elecciones al Parlamento europeo
– El año 2005, marcado por los debates que han rodeado la ratificación del tratado constitucional, representa una excepción a los grandes momentos institucionales
– El impacto de la moneda única sobre los indicadores de opinión acerca de la UE no ha sido de manera única: en la víspera de la puesta en circulación de la moneda única en 11 países de la zona euro, los indicadores tienden a mejorar, si bien en la primavera de 2002 la imagen de la UE mejora, mientras las opiniones sobre la pertenencia al país resisten, pero la confianza en la UE disminuye
– De manera transversal se nota, en los periodos estudiados -desde el otoño de 1997 por la confianza, y desde la primavera de 2000 por la imagen de la UE- una degradación neta de estos dos indicadores clave de apoyo a la UE. La confianza en las instituciones va estrechamente ligada al contexto de crisis económica, y los europeos atribuyen a la UE las debilidades económicas.
– Por último y a pesar del contexto de crisis, los europeos continúan asociando la UE con temáticas positivas: beneficios de pertenencia -al más alto nivel desde 1983- y alto sentimiento de ciudadanía a la vez nacional y europea.
Ups and downs… Pero nunca hay que perder de vista la razón y la misión fundamentales por las que fue creada la Unión Europea: ciudadanos viviendo en paz y armonía. Una Europa que pertenece a los ciudadanos, unidos contra las guerras. Que lo sepan las generaciones que no han vivido la guerra.