En la revista Campuskrant de febrero, Lien Lammar entrevista a dos chicas musulmanas, ambas estudiantes en la Universidad Católica de Lovaina, KU Leuven. Una, Ihsane Chioua Lekhli, es marroquí, la otra, Tuba Cakti, es turca.
Tuba se acuerda todavía como, cuando hace 4 años empezó a estudiar derecho en Lovaina, pensó con algo de miedo “madre mía, soy nueva aquí, no conozco a nadie y llevo un velo en la cabeza” Ahora, después de estos años, dice nunca haber observado nada negativo. “Mi origen y mi velo nunca han sido un problema aquí, ni con los profesores, ni con mis compañeros estudiantes” Afirma que Lovaina es la mejor universidad que se puede imaginar. Descubrió que también hay una mezquita estudiantina de la Asociación Internacional de Estudiantes Musulmanes de Lovaina, registrada en la KU Leuven (http://www.imsal.be). Ha participado en la fundación de una asociación de estudiantes turcos porque, aunque se sentía a gusto con sus amigos flamencos, de vez en cuando sentía la necesidad de hablar turco o de tener contacto con otras chicas turcas.
Ihsane, marroquí de 22 años, ha sacado el año pasado el diploma de licenciada en filología germánica en la KU Leuven. Habla neerlandés e imparte clases particulares en esta lengua mientras sigue con su formación de profesora. Naturalmente a sus alumnos les sorprende ver a una marroquí enseñándoles neerlandés, pero nunca ha percibido reacciones negativas ante este hecho. Reconoce que para ella era un gran cambio meterse en la vida estudiantina muy animada de Lovaina. No bebe alcohol y practica el Ramadan, que a veces cae en periodo de exámenes y requiere una cierta autodisciplina.
En la página web de IMSAL dicen: «Somos todos estudiantes de la Universidad Católica de Lovaina. IMSAL os da la bienvenida queridos hermanos y hermanas, y os desea una estancia fructífera y exitosa aquí.»
Todo sin palabras grandilocuentes de alianzas de civilizaciones. El ejemplo y la iniciativa es lo que cuenta.