La Nota de Análisis publicada a finales de enero por el «Centre d’analyse stratégique» adscrito al Primer Ministro francés, esboza los debates que deberán formularse el próximo mes de junio en la conferencia «Río + 20» sobre el modelo de crecimiento sostenible.
Ya en 1972, el Club de Roma y luego la Conferencia de Estocolmo habían subrayado el límite de los recursos terrestres, pero fue en 1992 en la Cumbre de la Tierra organizada en Río donde se consagró la noción de desarrollo sostenible. La Conferencia “Río + 20” que tendrá lugar en junio de 2012 debe de ser ambiciosa y debe despejar toda duda para el futuro acerca de la necesidad de iniciar un modelo de crecimiento respetuoso con la Tierra y con los hombres.
El primer objetivo es adoptar una visión de la economía verde en el contexto del desarrollo sostenible y de la erradicación de la pobreza que pueda servir de guía a los Estados, a las colectividades y a los ciudadanos, y acelerar notablemente la transición energética indispensable para conseguir frenar el cambio climático. Los debates no podrán eludir el destino de cientos de millones de seres humanos que no tienen acceso a los recursos vitales.
El segundo punto conlleva relanzar la dinámica adoptada al término de la Cumbre de Río, después de que en 2000 se establecieran los Objetivos del Milenio para el Desarrollo (OMD). Objetivos e indicadores mundiales de desarrollo sostenible permitirían plasmar prioridades claras a la comunidad internacional, a los países desarrollados así como a los países en vías de desarrollo.
El tercer tema inscrito en la agenda de “Río + 20” contempla mejorar la gobernanza mundial. A pesar de los progresos registrados en anteriores encuentros, la comunidad internacional no ha tenido éxito hasta ahora en frenar la degradación de los recursos medioambientales. La reforma del sistema internacional deberá adaptar las instituciones multilaterales a un contexto geopolítico que ha evolucionado desde los años 1990 y destinar un papel central a la sociedad civil y a las estimaciones científicas.
En conclusión, señala la Nota, la Conferencia deberá enfrentarse a estos tres retos mayores:
1/ la definición de una visión común de la economía verde y equitativa, en la línea de la definición de desarrollo sostenible en Río 1992
2/ el establecimiento, en plazo, de estructuras de gobernanza mundial del desarrollo sostenible y del medioambiental en las cuales la sociedad civil y la comunidad científica encuentren su sitio
3/ un acuerdo sobre el principio de objetivos y de indicadores dedicados al desarrollo sostenible avalados por el conjunto de países, prolongando los objetivos del milenio para el desarrollo y permitiendo especialmente abordar temas hasta ahora poco tratados: la lucha contra la desertificación y la disminución de las reservas haliéuticas (relativas a la pesca); el reconocimiento de los retos medioambientales en los intercambios económicos y el derecho de los pueblos a la información sobre el medioambiente.
Parece mentira que 20 años después de Rio de Janeiro 1992 seguimos tan mal en el tema de la lucha contra el cambio climático, un pilar de la sostenibilidad, sobre todo por la incapacidad de los líderes políticos mundiales de ponerse de acuerdo. Y hay bastante escepticismo sino pesimismo que vaya a haber compromisos firmes y eficaces esta vez. Esperemos que por una vez nos equivoquemos. Da la impresión paradójica que algunas grandes industrias occidentales están más concienciadas que el mundo político y que la propia sociedad, cuando se ve que algunos sectores industriales están haciendo grandes esfuerzos para mitigar el cambio climático, manteniendo una alta actividad de I+D, porque lo pide su propia sostenibilidad y subsistencia. Como referencia este resumen de un artículo escrito el año pasado en ocasión de la EXPOQUIMIA (1). (Ver también un artículo anterior de 2005 (2))
“El protocolo de Kioto, que entró en vigor en 2005, termina a finales del próximo año y se está muy lejos de cumplir su objetivo, dado que en 2010 se batió el record de emisiones de gases con efecto invernadero en el mundo, en particular de CO2. Intensificar la investigación y el desarrollo de las tecnologías de mitigación del cambio climático se ha convertido en una urgencia y una prioridad. No se han alcanzado los objetivos de I+DT de la UE para 2010. Y en España el esfuerzo realizado ha sido insuficiente para conseguir estar en el promedio de la UE. Ante la urgencia de tomar medidas para asegurar su sostenibilidad, las grandes empresas energéticas y químicas europeas han cambiado en los últimos años en mayor o menor medida su estrategia y han intensificado su I+DT en la reducción de las emisiones de CO2 y en el desarrollo de alternativas a las energías fósiles, de productos y de materiales sostenibles. Sin embargo la crisis económica ha ralentizado este progreso.”
España no está brillando precisamente en el firmamento de la I+D y la política científica parece dar marcha atrás. En el suplemento “Ciencia” de El Correo de hoy 24 de febrero, se cita un duro artículo de la astrofísica española Amaya Moro-Martin en la revista prestigiosa Nature, que lleva como título “Spanish changes are scientific suicide – If research continues to be sidelined, Spain will be left with little domestic expertise…” (“Los cambios españoles son un suicidio científico – Si la investigación continua siendo considerada como secundaria, a España le quedará con poca pericia doméstica…”). En periodo de crisis es cuando hay que mantener o incrementar el esfuerzo de investigación científica. Algunos países lo entienden, otros no tanto…
(1) “Investigar para la sostenibilidad de la industria transformadora de energía y química”, R. Aga Van Zeebroeck (SECOT), Ingeniería Química, Nº 928, Octubre 2011. Citado en http://e2i.blogspot.com/2011/11/investigar-para-la-sostenibilidad-de-la.html
(2) “I+DT – Una actividad prioritaria para una industria de proceso sostenible y competitiva”, R. Aga Van Zeebroeck (SECOT), Ingeniería Química, Nº 428, Octubre 2005
Muchas gracias René por ilustrar de manera tan precisa el artículo.