Así titula su artículo el diario francés Le Monde: Resolver la crisis de la deuda es un juego de niños para los recién premiados con el Nobel de Economía 2011, Christopher Sims y Thomas Sargent.
Y es que para estos economistas americanos la solución para resolver la crisis de la deuda pública de la zona euro es fácil, al menos desde un punto de vista económico. Porque, sin embargo, reconocen: «la dificultad es la política».
En Europa tenemos a todos los políticos preocupados y para estos expertos la respuesta es simple. A su entender no hay cuestiones nuevas para la teoría económica con Europa y el euro. El señor Sargent hace un paralelismo con la crisis presupuestaria de 1776 en Estados Unidos y dice que puede ser nuestro modelo de salida.
Los premios Nobel de Economía, Christopher Sims y Thomas Sargent, en la Universidad de Princeton,
El investigador vuelve la vista atrás en la historia de su país y recuerda la manera en que se enfrentaron a la crisis presupuestaria los 13 Estados fundadores después de la Independencia en 1776. Entonces, los políticos decidieron restaurar su credibilidad acordando sus presupuestos al unísono con la Constitución de 1787.
Estados Unidos nació con una solución determinada a los problemas con los que se enfrenta Europa en la actualidad. Aquella decisión de 1787 fue una solución global puesta en marcha para un orden determinado. ¿Es que en Europa no podría pasar algo semejante?
La adopción del federalismo presupuestario en Europa es la solución en opinión de Thomas J. Sargent y Christopher A. Sims. Desde el punto de vista de éste último, si el euro debe sobrevivir será necesario que la zona euro conciba una manera de compartir las cargas presupuestarias y de unir las competencias presupuestarias al Banco Central Europeo (BCE) y su rol de prestamista en última instancia.
«Estos vínculos no están claros hoy en día y si permanecen así, y los europeos intentan volver a un sistema donde no hay ninguna equivalencia presupuestaria con el BCE, las perspectivas para el euro serán sombrías», señala el señor Sims.
Sin embargo ha rechazado la idea de que los problemas de la zona euro puedan resolverse haciendo abandonar la moneda única a los Estados más débiles. «Esta idea es irreal», opina y concluye «no es de ninguna manera un remedio».