“En lugar de librar las mismas batallas cansadas que han dominado Washington durante décadas, es hora de intentar algo nuevo. Invirtamos en nuestras gentes sin dejarles con un montón de deudas. Encontrémonos con nuestra responsabilidad con los ciudadanos que nos han enviado aquí. Intentemos usar el sentido común” Son palabras del Presidente Barack Obama al presentar el presupuesto para 2011 al Congreso de los EEUU (¡Estamos todavía a principios de 2010!). Palabras que entiende todo el mundo. No podía dejar de pensar en el economista Leopoldo Abadía que el 1 de febrero presentó en Bilbao su libro “La hora de los sensatos”, el mismo día que el discurso de Obama. Una casualidad.
El peso de su discurso Obama lo dedica al paro, que en EEUU afecta a algo más que el 10 % de la población activa (Aquí tenemos el doble y nos preocupa, pero menos que a los americanos). Empieza con decir: “Empezamos un año nuevo en un momento de desafío continuado para el pueblo americano. Aún cuando nos recuperamos de la crisis, millones de familias todavía sienten el dolor de empleos y ahorros perdidos. Las empresas todavía luchan para encontrar préstamos asequibles para su expansión y para contratar trabajadores”. Y hace una comparación: cada mes pierden su empleo el equivalente de la población del Estado de Vermont (unos 700.000). Comparemos también: en España el paro acumulado equivale al doble de la población del País Vasco. Y dijo Obama también: “la economía ha estado funcionando muy bien para los que estaban muy arriba en la cima, pero no funcionaba para la clase media…”
Lo que en USA se ha hecho ya. “Inmediatamente, emprendimos una serie de medidas difíciles, para evitar ese resultado. Hemos actuado para que los préstamos fluyeran de nuevo, para que las empresas pudieran obtener préstamos para comprar equipos y los estadounidenses comunes y corrientes pudieran conseguir la financiación para comprar casas y coches, ir a la universidad, y poner en marcha o mantener sus empresas. Hemos adoptado medidas para fomentar una mayor estabilidad en el mercado de la vivienda, hemos ayudado a los propietarios responsables a permanecer en sus hogares, y a detener una mayor disminución en el valor de las viviendas. Para lograr esto, y para evitar un colapso económico que habría afectado a millones de familias adicionales, no tuvimos más remedio que usar la autoridad fijada ya en la anterior administración para prestar asistencia a algunos de los mismos bancos y entidades financieras cuyas propias acciones habían contribuido a precipitar el caos. También tomamos medidas para evitar la disolución rápida de la industria estadounidense del automóvil -que se enfrenta a una crisis en parte de su propia creación, para prevenir la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo adicionales en un tiempo que ya era frágil. Muchas de estas decisiones no fueron populares, pero las considerábamos necesarias para evitar una recesión más profunda y más larga.”
Y ahora: “Estos días han pasado. En el final de esta crisis, lo que está claro es que no podemos volver al negocio como siempre.” “Ya hemos dado pasos históricos para reformar y mejorar nuestras escuelas, de reformar la sanidad, para construir una economía energética limpia, para cortar el despilfarro, y para limitar la influencia los lobbies y de los intereses especiales, con lo que servimos mejor al interés nacional. Pero queda mucho por hacer y este presupuesto enseña el camino que tenemos por delante.”
¿Y qué pretende Obama con el nuevo presupuesto?
· Mejorar el nivel y la calidad de la enseñanza primaria y secundaria con reformas, animando la innovación y recompensando el éxito.
· Invertir en la educación de la siguiente generación de científicos e ingenieros, y mejorar la formación para el empleo, “con el fin de seguir liderando el mundo en el 2020”
· Poner el énfasis en los sectores de la economía de alto crecimiento (la estructura de la economía)
· Eliminar impuestos de ganancias del capital para inversiones en pequeñas empresas y aplicar medidas que mejoren su acceso a los préstamos que necesitan para pagar a sus empleados, expandir sus operaciones, y contratar nuevos trabajadores. Porque se considera que las pequeñas empresas son creadores críticos de nuevos puestos de trabajo y del crecimiento de la economía
· Dar incentivos para crear una economía limpia basada en energías renovables y enla nuclear (¡En USA parece que la consideran menos peligrosa que en España!)
· Eliminar subvenciones a las grandes compañías energéticas (petróleo, carbón y gas).
· Congelar durante tres años financiaciones discrecionales inseguras provenientes de la Administración. Ir a una financiación más responsable.
· Medidas para que entidades financieras que han recibido ayudas del gobierno devuelvan el dinero que les dieron los americanos con sus impuestos.
En fin, poner nuevos motores y mantener los buenos que mueven la economía. Ni una palabra sobre prolongar la edad de jubilación obligatoria, que no se sabe a qué sirve mientras se deje proliferar la prejubilación “no obligatoria”.
El presupuesto completo está en un documento de 192 páginas, que se puede ver aquí.
Tiene capítulos de medidas para todos los departamentos: de Agricultura, del Comercio, de la Defensa, de la Inteligencia Nacional, de la Educación, de la Energía, de la Sanidad y de los Servicios Humanos, de la Seguridad del País, de la Vivienda y Desarrollo Urbano, del Interior, de la Justicia, del Trabajo, del Estado y Programas Internacionales, del Transporte, del Tesoro, de Asuntos de los Veteranos (ex militares), el Cuerpo de Ingenieros y Obras Públicas, la Agencia de Protección del Medio Ambiente, la Administración de la Aeronáutica y del Espacio, la Fundación Nacional de la Ciencia, la Administración de la Seguridad Social, y la Corporación para el Servicio Nacional y Comunitario.
Incluye 4 páginas enteras de cientos de personas con sus nombres, que han colaborado en su elaboración, y menciona que otros cientos de personas han colaborado indirectamente…
Necesitamos aprender de la eficacia americana y dejarnos de improvisaciones por parte del gobierno y de críticas de una oposición que no aporta ideas.