Hace unos meses presentábamos el informe de IHOBE, “Mercados y empleos verdes 2020”, donde se analizaban las posibilidades de los mercados verdes en el territorio de la CAPV a la hora de generar nuevos nichos de empleo, cuya estimación rondaba los 12.000 nuevos empleos en el horizonte 2020.
Hoy queremos dar un paso más allá trayendo el estudio de CEDEFOP (European Centre for the Development of Vocational Training), “Skills for green jobs”, que examina las competencias profesionales necesarias para el desarrollo de una economía basada en un bajo nivel de emisiones de carbono en 6 Estados miembros (Dinamarca, Alemania, Estonia, España, Francia y UK).
Este estudio, que parte de uno más amplio llevado a cabo junto con la OITy que se puede observar aquí pone de manifiesto que los límites entre lo que se considera trabajo basado en un bajo nivel de emisiones de carbono, y lo que no, se están difuminando.Para éstos no existe una definición clara de empleo verde, y opinan que la distinción entre el sector ecológico y los sectores más convencionales es artificial. En el futuro, todo empleo será un empleo verde, lo que llevado al campo de las competencias implica que todos/as los trabajadores/as independientemente del sector en que se encuentren ubicados/as van a necesitar competencias verdes.
El ejemplo sería el siguiente: “De la misma que las competencias en el ámbito de las tecnologías de la información se han convertido en algo esencial en muchos aspectos de la vida laboral, existen signos de que las competencias ecológicas cobrarán una importancia similar en prácticamente cualquier empleo”.
No obstante hay debilidades sistémicas: los déficit en el ámbito de las competencias de gestión y las competencias técnicas específicas del puesto de trabajo, muchas de las cuales están relacionadas con la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas. Y es que las denominadas materias CTIM están perdiendo popularidad en la secundaria en Europa, y no hay reemplazo generacional en algunos sectores productivos.
Es el caso alemán, donde hemos visto como en el último año se lanzaban a una campaña de captación de ingenieros españoles.
Finalmente también se señala que el desarrollo de una economía basada en un bajo nivel de emisiones de carbono depende más de la mejora de las competencias existentes que de las competencias ecológicas especializadas, lo que implicará que las competencias de industrias “antiguas”, e incluso en declive, pueden ser valiosas.
En resumen lo que se propone desde CEDEFOP es que las estrategias de desarrollo de competencias verdes cumplan los siguientes objetivos:
1- Permitir que las personas completen las competencias ya adquiridas mediante una formación ajustada a sus necesidades particulares, a través de un amplio abanico de herramientas y métodos y de manera asequible y rentable.
2 – Hacer atractivas para el alumnado en secundaria y terciaria las materias CTIM.
3 – Que el conjunto de la mano de obra mejore las competencias generales.
4 – Y una mayor formación de formadores. No hay suficientes formadores ni profesores conscientes de los aspectos medioambientales ni capaces de enseñar nuevas técnicas.