Hace una semana se publicaba, por parte del área de Empleo, Asuntos Sociales e Inclusión de la Comisión Europea, el informe «La dimensión socia de la Estrategia Europa 2020», que viene a subrayar el aspecto más social de una apuesta por superar los obstáculos de la economía europea, en concreto alcanzar el objetivo de reducir en al menos 20 millones el número de personas que se encuentran en situación de pobreza y riesgo de exclusión social.
Así mismo, se ofrece el primer análisis de la dimensión social en la Estrategia de la Europa 2020, centrándose en qué acciones deberían llevarse a cabo para alcanzar los objetivos marcados: reformas adecuadas y sostenibles de los sistemas de protección social, estrategias de inclusión activa, beneficios universales y ajustados para las familias o grupos en riesgo, adecuación de las futuras pensiones y la efectividad de los sistemas de salud y dependencia.
Este informe nos recuerda el terrible dato de que una de cada cinco personas en la UE están en riesgo de pobreza y exclusión social y 40 millones están en condiciones de severa penuria. La creciente crisis ha agravado esta situación, algo que desde la UE se observa como una grave pérdida de capital humano.
Así mismo, se ofrece el primer análisis de la dimensión social en la Estrategia de la Europa 2020, centrándose en qué acciones deberían llevarse a cabo para alcanzar los objetivos marcados: reformas adecuadas y sostenibles de los sistemas de protección social, estrategias de inclusión activa, beneficios universales y ajustados para las familias o grupos en riesgo, adecuación de las futuras pensiones y la efectividad de los sistemas de salud y dependencia.
Lauris Beets, Presidente del Comité sobre Protección Social señala en el prefacio al Informe que hay, además, una creciente necesidad de trabajar en la formulación de indicadores que reflejen más precisamente la naturaleza multidimensional de la pobreza y la exclusión social, lo que ayudaría a evaluar mejor el rol y la efectividad de las políticas públicas que se ponen en marcha.
Recientemente también se ponía sobre la mesa los datos de la pobreza en España, que vienen a reforzar la necesidad de asumir, de una vez por todas, el objetivo de reducción de la pobreza entre las políticas macroeconómicas. En la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística se observa cómo la pobreza alcanza ya al 20,8% de la población, es decir, casi diez millones de personas, o lo que es lo mismo, algo más de cuatro veces la población de Euskadi.
Para Caritas, organización humanitaria de lucha contra la pobreza y la exclusión, la causa sigue siendo principalmente las múltiples consecuencias de un desempleo intensivo y extensivo en el espacio y en el tiempo, que reduce drásticamente las posibilidades de ingresos económicos suficientes, pero también la insuficiencia o pérdida de ayudas de protección social públicas.