Jose María Bermúdez de Castro es licenciado y Doctor en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Profesor Titular de la UCM (1988-1989). Profesor de Investigación del CSIC, en excedencia desde 2005, por dirección del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana de Burgos (2004-actualidad). Co-director del proyecto Atapuerca y co-Vicepresidente de la Fundación Atapuerca. Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica, concedido al Equipo Investigador de Atapuerca en 1997. Miembro del Ícaro Think Tank.
La Evolución Humana se define como un proceso de transformación de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado actual. Las antiguas especies de homínidos se fueron adaptando a nuevos entornos para sobrevivir a medida que sus genes iban mutando, modificando así su anatomía (estructura corporal), fisiología (procesos físicos y químicos, tales como la digestión) y comportamiento. Una evolución que se dio en un mundo en el que los cambios se producían de manera muy lenta. En la actualidad la especie humana vive en un mundo en constante cambio, la realidad de las personas se modifica a grandes velocidades, social y culturalmente, en este contexto ¿cómo podemos prever que será el ser humano del siglo XXII?
Bueno, ante todo una matización importante sobre el proceso evolutivo. Como regla general, las especies tenemos una “riqueza” genética, que podemos utilizar cuando se producen cambios ambientales importantes. Si los cambios son demasiado bruscos e intensos, las especies pueden no tener suficiente capacidad genética de respuesta, y se produce su extinción.
En cuanto a la posible predicción sobre nuestro futuro evolutivo en un par de siglos, puedo imaginar que no se verán cambios sustanciales; es muy poco tiempo. Nuestra evolución, desde que nos separamos del linaje de los chimpancés, ha durado nada menos que seis millones de años o, lo que lo mismo 60.000 siglos. En ese tiempo, la diferencias genéticas cuantitativas producidas han sido relativamente pequeñas.
Otra cuestión sobre esta pregunta es que la mutaciones naturales no son predecibles, como tampoco lo son los cambios ambientales (al menos a largo plazo). Siendo ambas cosas el motor principal de la evolución, queda claro que las predicciones sobre nuestro aspecto en el futuro tampoco son predecibles.
El planeta ha alcanzado un alto grado de superpoblación de la especie humana. La superpoblación proviene de la superación por una especie animal de los límites de sostenibilidad del biotopo que habita. Esto es, una especie demanda más alimento, produce más residuos y exige más espacio del que el biotopo puede darle o aceptar sin sacrificar el futuro de otras especies que habitan en él. La superpoblación no es tanto una cuestión de espacio, como de limitación de recursos, y sobre todo, como consecuencia directa, de extinción de las especies que cohabitan la región superpoblada con la especie humana. ¿Qué retos supone a los seres humanos esta realidad y cuáles serán los mecanismos para enfrentarla? ¿Llegará la población mundial a estabilizarse en algún momento?
Completamente cierto; estamos ante uno de los retos más importantes de la humanidad, y muy difícil de solucionar. De hecho, una de las mayores inversiones en ciencia se dedica a encontrar “el elixir de la eterna juventud” y a la búsqueda de la eternidad. No sólo producimos descendientes a enorme velocidad, sin darnos cuenta del problema planetario que supone llegar a convertirse en una verdadera plaga, sino que no deseamos morirnos y prolongar nuestra vida lo más posible.
Podemos llegar a estabilizar la población, e incluso a descender el número de habitantes, pero estamos invirtiendo la pirámide demográfica con respecto a lo que se considera normal para cualquier especie.
Podemos llegar a estabilizar la población, e incluso a descender el número de habitantes, pero estamos invirtiendo la pirámide demográfica con respecto a lo que se considera normal para cualquier especie.
Me temo no conocer la respuesta a tan grave problema. Es antinatural pedirnos a nosotros mismos una especie de “suicidio voluntario” para disminuir la población. Se podría decir que la especie humana ha tomado un camino, muy difícil de abandonar y que nos conduce irremisiblemente a una situación de la que quizá no podamos ni queramos salir.
Además de esta superpoblación, en determinadas zonas del planeta nos encontramos con una población muy envejecida, una realidad que está favoreciendo el alargamiento de los procesos vitales (juventud, independencia, paternidad/maternidad,…), nada que ver con el ser humano prehistórico, cuya esperanza de vida era mucho más corta. ¿Hasta qué edad podría aspirar a llegar el ser humano y cuáles serían los retos a abordar en la sociedad tan envejecida en la que vivimos hoy en día?
Como decía antes, tenemos una gran interés en prolongar nuestra vida. Desde luego, se trata de un interés muy curioso, si a los ochenta años no nos queda nada de la vitalidad que tenemos a los 20. Sería imprescindible que las ciencias médicas consiguiesen que la prolongación de nuestra vida tuviera una calidad cuando similar a la que tenemos a los 40. Hay que tener en cuenta que la longevidad real de nuestra especie en condiciones naturales, sin la intervención de la medicina y sin la calidad de vida que disfrutamos un tercio de la población mundial, no llega ni a los sesenta años. Aún así, tendríamos que ponernos de acuerdo a nivel mundial para evitar el incremento demográfico de los niveles actuales. Como muy bien se dice en la pregunta anterior, no es tanto una cuestión de espacio como de disponibilidad de recursos.
El Ícaro ThinkTank, del que usted mismo es miembro, afirma que hay una necesidad vital de las personas por cooperar. El ser humano ha sido tribal desde sus comienzos lo que implicaría un determinado grado de cooperación, ¿supuso esto un factor clave en la evolución humana? En cualquier caso sí es un factor clave para superar estos tiempos tan convulsos que vivimos, en este sentido ¿puede ser el movimiento 15 – M la prueba fehaciente de la necesidad básica del ser humano por cooperar para lograr mejores cotas de desarrollo para la sociedad?
Ciertamente, el movimiento 15-M, en su estado más puro y no contaminado por otras tendencias, es una de las primeras llamadas de atención a los gobernantes del mundo de que la situación empieza a ser insostenible. En mi opinión, si no se producen cambios sustanciales en los planteamientos ideológicos del primer mundo, el movimiento 15-M será una pura anécdota de lo que ha de llegar. Los humanos estamos dando pruebas de una auto-organización increíble y sorprendente. Faltan líderes capaces de gestionar con mayor eficacia estos movimientos; pero no tardarán en aparecer. Me sorprende que los gobernantes y los poderes económicos no se estén dando cuenta de los cambios que se avecinan. Pienso que se está subestimando la capacidad de reacción de la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Mi admiración para Dr.José María Rodriguez de Castro.
Hola Laura, me hago estas pregúntas ¿cuestión de economía?¿cuestión de mando?¿cuestión de ética y moral?
Ciertamente que estupidez, mezclada con ignorancia "el hombre, haciendo planes para conquistar el espacio y su eternidad". Según estan las cosas "Coge el dinero y corre" "Sálvese el que pueda y sepa" ¿tendremos tiempo para arreglar esta sarta de despropósitos y convertirnos en seres racionales al menos? No se yo, ¡hay "algunos" que hacen lo imposible para sumirnos en el caos total, ¡total! La política en democracia, ilustrada de verdad, y la ciencia, debian dar respuestas por que si no, estaremos en un sueño imposible. No es facil pero tenemos que contar tod@s con tod@s para "sobrevivir" de una manera digna el tiempo que nos toque, ser solidarios, comprometidos, conscientes…