El siglo de las mujeres

Victoria Camps nos dice que el siglo XXI va a
ser el siglo de las mujeres. En su obra de igual título[1] nos ayuda a entender un nuevo feminismo que se articula sobre varios
objetivos a perseguir en el campo de la Educación, el Trabajo, la Política y el
Discurso Moral. Para este último nos explica que la mujer tiene que decir todavía
cosas como mujer, y que aún
le falta mucho para conseguir una igualdad
aceptable. El gran sociólogo francés y premio Príncipe de Asturias 2010, Alain
Touraine[2], en una
reciente conferencia ofrecida en Bilbao, presenta un mundo desde un nuevo orden
socioeconómico en el que sustituye lo “social” por lo “ético” y para el que
hace una apuesta por la mujer como clave de la construcción del futuro.
Touraine explica que los actores principales en este siglo van a ser las
mujeres porque defienden una visión integradora, hablan de lo serio, han
conquistado la palabra y sólo ellas hablan de la vinculación entre los
intereses individuales y los colectivos.  

Las
mujeres todavía tenemos que sortear obstáculos en el camino. Victoria Camps nos
alerta de dos fundamentales. El primero, el del papel de la mujer en la vida
privada en la que se mantiene una división del trabajo todavía muy tradicional
y discriminatoria. Sin embargo, no hay que perder de vista que no se
puede prescindir de esos valores que las mujeres han desplegado y dispensado
gratuitamente en ese plano. El segundo obstáculo, y en el que me centraré más,
es el de la forma tan lenta con la que se produce el
acceso de la mujer a cargos y puestos de mayor responsabilidad.

Ana Díaz y Mercedes Apella en el descanso del III Seminario Ícaro

Algunos
datos llamativos del entorno del País Vasco nos dicen que del total de los
jóvenes que terminan la enseñanza universitaria, el 60% son mujeres[3]. Y
es que cada vez nos cuesta más entender que en un mundo donde la educación
superior y muchos nuevos empleos están ampliamente representados por las
mujeres, ese dato no tenga luego continuidad dentro de los ámbitos de toma de
decisiones. En cifras ofrecidas por la UE[4] (2012), el
85% de los miembros de Consejos de Administración y el 91,1% de miembros de
consejos ejecutivos son hombres. En nuestro país no hace falta más que observar
estos órganos de poder y consejos de administración para confirmar que este dato
incluso se supera.

Esta situación desequilibrada ha
llevado a la Comisión Europea  a proponer una legislación con el fin de
abordar el objetivo de un 40% de representación en los consejos de Administración
no ejecutivos de compañías públicas. Una vez más, hay que legislar para
garantizar un derecho, que por otro lado, está ganado a pulso a base de mucho
esfuerzo y grandes sacrificios.  Por lo
tanto, ¿Va a ser realmente éste el siglo de las mujeres?, ¿estamos dispuestos a
que sea?

Desde ICARO Think-Tank partimos de la premisa
de que el impulso del crecimiento económico sostenible e integrador no es
posible sin una Innovación Social. Una Innovación social que consista en
aprovechar el conocimiento de todas las personas, tanto de los hombres como de
las mujeres, su libertad de pensamiento y expresión y permita crear y cooperar
libremente en el seno de las organizaciones. Una Innovación social como resultado
de un proceso colectivo, que incluya a “los
otros”. Entre los retos que se plantea, sumamos los que marca Victoria Camps
para este siglo y defendemos el aspecto “ético” y el “papel relevante de la
mujer” que nos señala Alain Touraine. Es necesario poner en práctica estos valores
éticos como los de la igualdad, la participación y la cooperación para
construir un sistema económico más sostenible y justo, para todos y para todas.