Sin embargo, Australia ha decidido firmar el Protocolo de Kyoto durante la reciente conferencia de Bali sobre el calentamiento climático, cambiando la situación hacia más felices auspicios. De esta manera será Estados Unidos el país con mayores emisiones de gases contaminantes (22% del total mundial), aunque China le sobrepasará en breve, mientras que India alcanzará el tercer puesto como emisor mundial en 2015, según los pronósticos.
Parece que en las duras negociaciones de Bali, la mejor alternativa consensuada ha sido conseguir que los grandes países limiten sus emisiones en ciertos sectores de actividad y no de manera global –una idea auspiciada por la administración Bush-. China por su parte había dado ya un primer paso comprometiéndose a reducir un 20% -de aquí al 2010- su intensidad energética, pero no siempre está dispuesta a poner techo a sus emisiones de gas de efecto invernadero. Y es que el medio ambiente es un negocio prometedor.
Fuente: Le Monde.Fr, Elise Barthet
El problema de fondo es que en los países desarrollados industrializados hemos creados los estados del bienestar basados en el consumo energético consumiendo fuentes fósiles agotables (carbón, petróleo, gas natural) y si no cambiamos este patrón no podemos culpar a China ni a India de alcanzar este «bienestar» con los mismos medios que nosotros. Sin hablar de Africa, que es el continente siguiente como candidato al bienestar, que sigue en el subdesarrollo cuando ha suministrado al mundo desarrollado gran parte de estas fuentes energéticas. El cambio no será posible sin un cambio drástico en el sistemo económico-social de los países desarrollados, donde prima el capitalismo y mercado salvaje, donde los beneficios privados son prioritarios sobre el bienestar social y la sostenibilidad del planeta. Esto solo se soluciona con una gran dosis de austeridad en el consumo. Como se consigue esto requerirá mucha voluntad política. ¿Existe esta voluntad?