mago de la palabra” lo llama Txema Soria en La Mirilla de El Correo. Leo su columna a diario. Es a veces lo único que leo, cuando el periódico está lleno de titulares de sucesos, conflictos, politiqueos, o chismes de “famosos”. A lo largo de los últimos años he ido “destilando” de su columna unas cuantas frases que merecen ser guardadas y recordadas de vez en cuando. He aquí una colección:
Cuando se nos recomienda eso de “pedir y se os dará” se omite decir que por dónde.
Una persona de talento puede hacer algo que no puede hacer una persona corriente y un genio es el que hace lo que no puede hacer una persona de talento.
El liberalismo consiste, entre otras cosas, en no descartar que el de enfrente pueda tener razón.
Creo en la tolerancia, en la posibilidad de que el de enfrente tenga razón.
Es consolador comprobar que la ciencia médica ha inventado muchos más remedios que enfermedades.
Lo mejor para evitar las depresiones es no dejarse deprimir.
Lo único que no se puede permitir a un náufrago es hacer una huelga de brazos caídos.
Las personas normales se preguntan por qué se llevan tan mal los políticos que elegimos, pero la razón es muy sencilla: porque no se presentan otros.
Hay políticos que siempre ven la solución en el aumento del problema.
Quizás el pesimismo sea una deformación óptica que nos hace ver las cosas como realmente son.
La vida no cambia aunque intentemos cambiar la vida.
Soñar con no hacer nada -incluso a mí, que lo que más me gusta es no hacer nada- me dejaría en el vacío.
El artículo debe ser una conversación por escrito con el lector. El artículo participa de varios géneros, puede ser incluso un cuento, pero no un pequeño ensayo, y mucho menos un sermón.
La inmortalidad debe disfrutarse en vida. Es triste que te reconozcan que lo hacías bien sólo después de muerto.
Yo creo que uno es de todas partes, sobre todo de donde quiere ser.
La seguridad es algo muy irritante; en cambio, la duda te ensancha.
Quien nace tonto, con los años se perfecciona y al final es aún más tonto.
Los tiempos modernos han sido todos, mientras nuestros antepasados eran contemporáneos.
Los presidentes norteamericanos cuentan con cien asesores económicos y saben que uno de ellos lleva razón, pero no saben cual.
Mentir ofrece un repertorio mucho mayor que decir siempre la verdad, que aparte de ser algo monótono, excluye la imaginación. Dicho de otro modo: la verdad es única y la mentira es sumamente diversa.
Los maestros de la mentira siempre adoptan un tono muy serio cuando las difunden. Por el contrario, quienes dicen verdades como puños acaban dándose golpes en el pecho al comprobar que nadie les cree.
¿Cuánto vale una vida humana? Depende de los tasadores.
La destrucción de Irak era un requisito previo para poder reconstruirlo.
Ser presidente de Estados Unidos es un trámite imprescindible para ser ex presidente y empezar a pasarlo bien y a ganar mucho dinero. (En alusión a Bill Clinton)
Con el cielo gris te das cuenta de la importancia de un día radiante
El envidioso lleva el castigo encima, porque siempre se encontrará a uno más guapo, más joven, más rico, más listo.
Lo malo de pedirle tiempo al tiempo es que él nunca contesta.
Se dice que el aire es de todos, pero hay que reconocer que el aire acondicionado únicamente es de unos pocos.
El ahorro siempre ha sido considerado como una virtud, sobre todo por las cajas de ahorros.
Los ricos son proclives al exhibicionismo. ¿De qué les serviría el dinero si los demás no supiéramos que lo tienen?
Hay gentes cuya aspiración suprema es darles envidia a sus contemporáneos.
El dinero exige pudor.
No solo se es de donde se nace, sino de donde se vive y también de donde se muere.
Siempre he sentido admiración por la gente que camina hacía ninguna parte y una vez llegada a su destino vuelve a casa.
El silencio es el idioma que hablamos todos cuando nos callamos.
Si uno se queda en casa y se compra las temibles zapatillas de cuadros, está perdido.
En otra parte del periódico dice este “maestro” octogenario: “A mí solo me retira una trombosis. Pero si me cortan una pierna sigo escribiendo»
Esperemos que no llegue esta trombosis nunca, y si algún día Don Manuel pasa por aquí y necesita una Olivetti le puedo prestar la mía que tengo bien guardada en el camarote.
No es la primera vez que le homenajean. Mira aquí. Es de hace un año “y pico”.
RSS Construyendo Capital Humano