A Javier Echenique. In Memoriam

Begoña Etxebarria. Directora de Fundación Novia Salcedo 1987-2024.
15 de diciembre de 2024.

El sábado día 14 conocíamos la noticia de la situación comprometida de salud en la que se encontraba Javier Echenique a través de su hijo Paul. El impacto en todos nosotros fue enorme. Hoy (domingo) ha fallecido.
Su tren ha partido – como dice Luis Cañada en el poema que le ha dedicado –  y la estación llora, todos nosotros lloramos en la Fundación.

Comimos el día 9 de diciembre juntos con motivo de mi jubilación como Directora. Estaba bien. No había ido a la nieve porque aún no nevaba, y porque además quería estar con nosotros, como siempre quería, compromiso que mantuvo desde que era director general de BBVA.

Más tarde, se incorporó como Patrono de la Fundación durante más de 20 años. Presidió la Comisión de nombramientos y retribuciones y nos trajo a patronos queridos y comprometidos con este proyecto, y que tanto han hecho por nosotros como Alechu Echevarría y Javier Chalbaud.

Mi relación con Javier comenzó como Directora de Novia Salcedo, pero forjamos una amistad más allá de las relaciones profesionales. Conectamos con el fondo de lo que nos une a los seres humanos en esencia, unos valores, el interés y la responsabilidad por lo que significan las empresas, la familia, la empatía ante las dificultades y la vulnerabilidad humana, y la protección de los más débiles.

Javier estaba en las alturas empresariales, pero sabía muy bien dónde estaba su corazón. Más allá de sus consejos, en Isaba, en su familia, en los amigos  que apreciaba, la naturaleza, el deporte, la vida con mayúsculas.

Recuerdo el primer apoyo que nos dio para conseguir la colaboración con Blue Joven del BBVA.  No le conocía casi de nada. Le escribí una carta para presentarle la Fundación y la visión con la que trabajábamos con los jóvenes, y cómo él desde su posición como Director General podía ayudarnos. Dicho y hecho.

Javier lo hacía y lo hacía rápido y lo seguía, porque no era mismo “que hubiera peces, en general “que “haberlos pescado”.  Y a él le gustaba concretar y materializar las buenas intenciones para nosotros. Aquel año, la colaboración con el BBVA nos ayudó a salvar las cuentas de aquel año.

Después de aquello Txomin y yo le invitamos a nuestro patronato. Recuerdo que tras la comida Txomin me dijo “siempre los mejores son los más sencillos”. A Javier no le gustaba figurar, siempre desde una posición discreta, haciendo y sosteniendo.

Javier ha sido uno de los patronos que más años han permanecido con nosotros, 20 años, siempre con un compromiso extraordinario para que nuestra Institución siguiera adelante. Aún este año con motivo del cambio de la Presidencia en la Fundación le dio “instrucciones sonrientes» a Javier Ormazábal para que custodiara la institución.

La Empresa, su cercanía desde las más altas esferas empresariales, su deseo de ayuda, amigo de sus amigos, leal , contaba el número de felicitaciones que le hacían llegar en su cumpleaños. Era un indicador de que sus amigos le seguían teniendo presente, aunque había dejado algunos cargos. Era lo que más le importaba. Y si no le felicitabas a lo mejor te borraba de la lista.

En todos estos años, dio la cara por nosotros, nos acompañó a Barcelona a la Fundación a la Caixa a una reunión con Isidre Faine. A ACS; el primer talón que traje en un avión de camino a casa después de una reunión para la Fundación y cuando se lo dije se reía. A Telefónica con Cesar Alierta. En todas las reuniones comprobamos el cariño que se tenían, la confianza y la humanidad que les inspiraba a los Presidentes de esas entidades.

Fue el Patrono que nos acompañó a visitar el local actual sede de la Fundación en el campo volantín junto a Fernando Alaña. Pronunciar su nombre en los bancos, instituciones y empresas era sinónimo de confianza.

En nuestras retribuciones trabajó siempre con una generosidad enorme hacia las personas, empujando a aplicar los beneficios para las personas, casi antes del cierre, porque era impaciente y le hacía feliz repartir, ayudándonos a crear una tabla salarial y un convenio.

Este año tuvimos el cambio de presidencia de Luis Cañada a Maite Aranzábal antes del verano y estuvo con nosotros en la Sociedad Bilbaína comiendo juntos. Desde la Comisión de nombramientos y retribuciones había pergeñado junto a Javier Chalbaud y Luis Cañada este relevo en la presidencia y la dirección general.

Javier siempre decía que para él envejecer no traía nada bueno, por mucho que le intentáramos convencer de las cosas positivas. Se ha ido joven, aun en plena forma, durmiendo en su casa, iban a celebrar la navidad este sábado con su familia. Sus nietos dormían con ellos. Estaría feliz.

 Te recordaremos siempre como uno de los nuestros buenos.

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