(*)Química e Industria, nº 581 febrero-marzo 2009
¿En qué trabajan los químicos?
Cada año salen unos 2500 químicos de las universidades españolas. ¿En qué trabajan los químicos? En su último número, la revista Química e Industria (*) dedica una serie de artículos sobre el tema. La respuesta es “en muchísimas cosas”, como les pasa también a los ingenieros. El químico se puede quedar en la universidad haciendo investigación básica o ya orientada a la aplicación, o dedicarse a la enseñanza, o seguir haciendo investigación en la empresa privada, o después de un cierto tiempo ocupar cargos de gestión en la empresa, de gestión de un departamento técnico o tecnológico u ocupar la presidencia de una compañía (como el actual presidente de Petronor, Josu Jon Imaz). Pasar de un centro de investigación donde se producen patentes de tecnología a dirigir un departamento de una empresa donde se convierte en el responsable de negociar su adquisición (como el que lo está escribiendo). O montar su propia empresa como lo hicieron en su día Ernesto Solvay, Paul Janssen, Leo Baekeland, y muchos otros. Hoy hay empresas que nacen en la universidad y se llaman “spin-off”. Lo que hace un químico está también en función de su especialización, que no significa polarización, porque hoy las ramas de la ciencia se solapan cada vez más. Los hay que predominantemente son analistas, químicos orgánicos, inorgánicos, bioquímicos, especialistas en polímeros, en cinética química, en energía atómica, en metalurgia, en corrosión, en nuevos materiales, etc. etc. Es que la química está presente en todos los sectores o las ramas de la industria, desde la siderúrgica hasta en la farmacéutica o médica, desde el petróleo y el carbón hasta en la alimentación, desde el textil hasta la agricultura, desde las pinturas para decorar las fachadas hasta los detergentes para limpiar sus ventanas… No se puede uno imaginar casi nada en la sociedad donde no hay química. Hasta en la psicología entre las personas, entre las que puede haber “química”, como entre dos moléculas que tienen una afinidad espontánea la una para la otra con solo mirarse a los ojos, y que sienten la necesidad irresistible de unirse.