Eurostat y el diario francés Le Monde señalan las brechas regionales de desempleo en Europa, destacando que, mientras en el sur de Italia llegan difícilmente a crear empleos, la Europa del Este hace frente a una falta de mano de obra.
Lentamente, pero de manera segura, las secuelas de la crisis se reducen en el Viejo Continente. En febrero, la tasa de paro ha caído de promedio al 6,5% en la Unión Europea, la tasa más baja registrada desde enero de 2000, según la oficina estadística europea Eurostat. Sin embargo, esta media alentadora oculta grandes variaciones entre los Estados miembros, y más todavía dentro de los propios Estados.
Las cifras publicadas el lunes 29 de abril por Eurostat permiten medir la amplitud de dichas diferencias. La buena noticia es que, en 2018, la tasa de paro ha bajado en ocho regiones europeas sobre diez. Pero, más en detalle, se escalona todavía desde el 1,3% en la región de Praga y el 1,5% en el sudoeste de la República Checa, donde es históricamente baja, hasta un 29% en la ciudad autónoma española de Ceuta, y un 35,1% en Mayotte*, el récord.
La brecha es también muy marcada en la tasa de paro de los menores de 25 años, que oscila desde el 4% en la Alta Baviera alemana al 66,1% en la ciudad de Melilla, en España.
Sin sorpresa, estas disparidades son en parte la herencia de la crisis de 2008. Así, las regiones más golpeadas están sobretodo situadas en el sur de España y de Italia, y en Grecia, países particularmente afectados por la recesión. A la inversa, las tasas de desempleo más bajas están registradas en los territorios donde la recuperación ha sido más sólida, especialmente en Alemania, el Reino Unido, Austria y Europa del Este.
“Estas brechas son igualmente fruto de las políticas económicas nacionales y de la desigual repartición de actividades en el continente, según Laurent Chalard, doctor en geografía en Paris IV Sorbonne. Así, las riquezas productivas tienden a concentrarse sobre la dorsal europea que va desde los Países Bajos al norte de Italia, siguiendo el eje renano.”
Se añade a esto lo que los economistas llaman “los fenómenos de aglomeración”, a saber, una tendencia a la concentración de actividades alrededor de las ciudades dinámicas. Por el contrario, ciertas regiones periféricas, como por ejemplo el sur de Italia, acumulan los retrasos y los hándicaps: instituciones públicas de menor calidad, baja cualificación de los trabajadores, y fuerte presencia de la economía sumergida.
*Mayotte es un departamento de ultramar francés en el canal de Mozambique, y una región ultraperiférica de la Unión Europea desde 2014, de modo similar a como lo son las Islas Canarias en España (Nota interna)