Dice que “En Europa el índice de fecundidad es de 1,56 por cada mujer, netamente bajo el nivel de «recambio generacional», que es de 2.1. Desde 1980 cada año, nace en promedio un millón de niños menos. (Michel Godet decía que para qué queremos proteger a las ballenas si no tenemos niños que las puedan mirar…………) Y encima, anualmente se cometen 1,2 millones de abortos. La Unión Europea se vuelve cada vez más vieja: la población de ancianos de más de 65 años es más numerosa que los niños menores de 14 años: las casas están cada vez más vacías: el promedio de miembros de una familia es de 2,4. Los solteros son 54 millones, un cuarto de las familias.”
Según el cardenal, «a la crisis demográfica se agrega la emergencia educativa», provocada por el hecho de que «muchos niños no tienen la posibilidad de crecer en una familia unida y estable». «1,7 Millones de niños nacen fuera del matrimonio, es decir, un tercio de la totalidad. En
«Se volverá insostenible el pago de las pensiones y la asistencia a los ancianos por la ausencia de recursos económicos y humanos. La inmigración de personas exteriores a la Unión Europea no será suficiente para llenar los vacíos y además, si no se maneja bien, podría comprometer la contribución de los pueblos europeos y la transmisión de su patrimonio cultural».
«El compromiso por la vida y la familia no constituyen todavía una prioridad. A la familia viene destinado solo el 2,1% del PIB, una décimo tercera parte de los gastos sociales», afirma y continua pidiendo una serie de compromisos políticos necesarios, que se pueden leer aquí.
(Artículo original por Antonio Gaspari, traducido por Carmen Elena Villa, en Zenit, 22 diciembre 2008)