En un artículo del 19 de julio en el blog Voces del Banco Mundial, su Presidente, Jim Yong Kim, médico y antropólogo de profesión, escribe “¿Te preguntas si la buena fortuna y las oportunidades que has disfrutado en tu vida profesional estarán disponibles para tus hijos y sus hijos? En un momento de fuerte crecimiento económico mundial, puede parecer paradójico que nos enfrentemos a una crisis existencial en torno al futuro del trabajo. Pero el ritmo de la innovación se está acelerando, y los empleos del futuro -en unos pocos meses o unos pocos años- requerirán habilidades específicas y complejas. En resumen, la naturaleza cambiante del trabajo – y la mejor forma de preparar a las personas para los trabajos del futuro- son algunos de los desafíos más difíciles a los que se enfrentan los países, por lo que son el tema del Informe sobre el Desarrollo Mundial de este año.”
Se trata de un informe dinámico y transparente que se va revisando continuamente, y todos los viernes por la tarde el último borrador se carga en la página web del Banco Mundial, para que cualquier persona que tenga acceso a Internet tenga la oportunidad de leerlo e interactuar con el equipo de autores que lo revisan.
Estos son algunas ideas del informe que Jim Yong Kim quiere realzar y someter a la reflexión:
- Si bien la amenaza del desempleo inminente y generalizado inducido por la tecnología es una quimera, actualmente se están perdiendo empleos y se perderán por la automatización. Pero la tecnología también crea nuevas oportunidades y mejora constantemente los estándares de vida globales. El mundo está mejor conectado, las aspiraciones están aumentando y las voces dispares son más propensas a ser escuchadas.
- Las habilidades necesarias para el trabajo están cambiando, literalmente, todos los días. Los nuevos trabajos requerirán habilidades específicas: una combinación de conocimientos tecnológicos, resolución de problemas y habilidades de pensamiento crítico, así como habilidades interpersonales como la perseverancia, la colaboración y la empatía.
Eso significa que los países deben invertir mucho más, y más efectivamente, en su gente para construir capital humano. Invertir en capital humano es el mecanismo clave para garantizar que la próxima generación esté preparada para la naturaleza cambiante del trabajo.
Sin embargo, demasiados países están invirtiendo poco en estas áreas críticas, especialmente en los primeros años formativos de la niñez, cuando la capacidad de aprender nuevas habilidades rápidamente se moldea de manera decisiva. Cuando los países no invierten para construir capital humano, coloca a las generaciones sucesivas -especialmente a las más pobres- en grave desventaja, exacerba las desigualdades que ya existen y amenaza con crear inestabilidad cuando las aspiraciones crecientes se encuentran con frustración en lugar de oportunidad. - Debemos asegurarnos de que la oportunidad, al igual que el talento, se distribuya por igual en toda la sociedad. Una de las principales formas en que podemos garantizar esto es proteger a las personas a través de la asistencia social y los sistemas de seguro que se ajusten a la naturaleza cambiante del trabajo. El modelo actual se rompe en la mayoría de los países en desarrollo y también parece estar cada vez más desactualizado para la mayoría de las economías avanzadas.Los contratos sociales también se refieren a la inclusión, lo que significa que los ricos tienen que pagar su parte de los impuestos. Con ingresos fiscales insuficientes, los gobiernos no pueden cumplir el contrato social actual. Los países en cada región deben hacer más para evitar la evasión fiscal, y la única forma posible es, en palabras de los líderes de las 20 economías más grandes del mundo, «poner fin al divorcio entre la ubicación de las ganancias y la ubicación de las actividades reales». (Añadiría: y corregir las diferencias entre el salario más alto y el más bajo que no ha hecho más que crecer)
Pero como estas son tan solo algunas de las ideas y que el informe es dinámico, Jim Yong Kim aconseja consultarlo de vez en cuando aquí, hasta el borrador final en otoño e invita al público a participar.