Con el fin de explicar esta brecha residual entre hombres y mujeres se han explorado varias pistas, especialmente las diferencias de comportamiento de cara al riesgo y la menor voluntad de enriquecerse de estas últimas, a pesar de las motivaciones globalmente similares a las de los hombres. Se ha estudiado igualmente la eventual discriminación que sufrirían las mujeres en el acceso a la financiación.
El análisis no revela en este sentido diferencias entre hombres y mujeres, pero propone la explicación que provendría de una demanda de financiación menos fuerte cuando el emprendedor es una mujer (proyectos menos ambiciosos). Por último, las empresas creadas por mujeres se consideran menos duraderas en los primeros años. Un análisis detallado de supervivencia en función de los emprendedores relativiza este resultado. Además, una vez que han alcanzado cierto tamaño, las empresas dirigidas por mujeres son más eficientes como promedio.
El conjunto de estos primeros trabajos aboga en favor de una segmentación del emprendizaje femenino, en el que la heterogeneidad destacada por este estudio debe ser tenida en cuenta. La explotación futura de bases de datos más completas permitirá ser más concluyente en una versión final de este documento de transición. Sin embargo, es posible indicar desde ahora pistas para una política pública en vistas a incrementar el número de mujeres emprendedoras.
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