Tengo entre mis manos la Memoria09 de NSF, que recibí el día de la entrega de los Premios Novia Salceda el pasado 25 de mayo. Y me fijé en la nueva forma de presentar la visión de la Fundación, con el título “Nuestro ADN”. Y siguiendo con la lectura me llamaron especialmente la atención los dos últimos párrafos, que tienen una gran importancia en los tiempos de crisis económica y social que vivimos. Dicen:
No comulgar con pesimismos inoperantes desde el convencimiento de que los momentos más duros pueden ser convertidos en paso adelante clave, ya que todo ser subsiste y se fortalece en la medida que supera sus dificultades y las convierte en un elemento de maduración y compromiso.
Aceptar el reto de hacer frente a situaciones al parecer insalvables desde un tamaño y unos recursos limitados. “Nosotros, ¿qué podemos hacer?” Es desde siempre la actitud de esta Fundación comprometida por lograr un futuro esperanzador para la juventud.
Ahí está la clave contra el estrés, que la RAE define como “Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.”
Con un estrés, definido así, no es posible combatir la crisis. La tensión es buena y necesaria para lograr objetivos. En el sentido de concentración, de atención, de observación, de ganas y de voluntad. No de agobio. Una tensión positiva. El agobio es pasivo. Agobiados somos cuando se nos caen las cosas encima y nos ahogan y no nos permiten actuar.
Estrés viene del inglés “stress”, que el diccionario Cambridge traduce en primer lugar como “estrés”, lo cual no explica nada. Sin embargo en tercer lugar lo traduce, en términos lingüísticos y musicales, como “acento”, y en cuarto lugar cita la expresión “to lay stress on something” que traduce como “poner énfasis en algo”. O sea, traducciones de un “stress” positivo.
Pero, para ser capaces de trabajar con “stress” positivo hay que formarse. Cuando nos formamos obtenemos más seguridad y confianza en nosotros mismos para afrontar los retos. Porque una crisis no se puede afrontar cuando uno se siente inseguro. Se afronta con una sólida formación en aptitudes que en general no se han aprendido en la escuela o la universidad. Una formación que refuerza la confianza en uno mismo y en sus posibilidades. Que permite analizar con serenidad las situaciones difíciles, encontrar soluciones, y saber cómo ponerlas en práctica.
Como se dice en otro capítulo de la Memoria09 sobre la NSF Human School:
Es una respuesta a los cambios complejos de un mercado de trabajo, que demanda personas con capacidades, competencias y valores y comportamientos, que el mundo académico sólo no puede proporcionar.
En definitivo, se trata de formar la personalidad. No solo individual, también con espíritu de equipo. Y como dicen en el deporte, con “fair play”.