Ya hemos hablado antes de este tema en nuestro blog, pero… ¡resulta tan atractivo rescatarlo en estos momentos de convulsiones políticas y éticas!
Sabemos que el Rey de Bután, Jigme Singye Wangchuck, ideó en 1972 un nuevo indicador llamado felicidad nacional bruta (FNB) que midiera la calidad de vida en términos mucho más amplios que como lo hacía el producto interior bruto de un país (PIB). Este indicador fue la respuesta a las críticas de constante pobreza económica de Bután, país de agricultores cuya cultura se basaba en el budismo.
El periódico «La Vanguardia» publica una interesante entrevista estos días con Thakur S. Powdyel, ex ministro de Educación del Reino de Bután, en la que habla de su pequeño país -situado en la cordillera del Himalaya, entre Nepal, Tibet e India- de 800.000 habitantes, en su mayoría agricultores y ganaderos. Donde lo esencial, actualmente, es la educación y los buenos profesores son determinantes para ella, no solo por lo que enseñan sino como modelos de cultura y valores, porque te transmiten sus convicciones y filosofía, su sentido de la vida y visión del mundo.
Thakur S. Powdyel se hizo profesor para acompañar a los alumnos en la exploración de la vida y no para convertirlos en «piezas de una máquina productiva» como temía Nietzsche. La escuela debe liberar al alumno, fomentar la creatividad de cada uno, elevarle a ambiciones más elevadas que un sueldo, destaca.
Factores como la bondad, por ejemplo, son más importantes que el puro crecimiento económico. Aprender a vivir feliz, reflexionando sobre cómo sería la vida sin poesía, pintura, música o belleza… Vivir de un modo más armonioso contigo mismo, con tu familia, con tu sociedad y con tu entorno. Ese es el objetivo que mide la FNB, la buena vida de los habitantes de su país, y con ello se piensa en el bienestar de 5 generaciones vista.
En su opinión, un país puede ser muy rico pero su gente llevar una vida muy torturada, y un país puede ser menos rico pero su gente llevar una vida más armónica. Para conseguirlo, en Bután desplegan una red de escuelas verdes y enseñan una relación armónica con la naturaleza, porque explotar los recursos naturales hasta destruir el entorno no conllevará bienestar a largo plazo, por mucha riqueza material que genere a corto plazo. Y porque les interesan más la equidad, la justicia, la bondad, la inteligencia y la salud de la tierra… que la renta.
Mientras que los modelos económicos convencionales observan el crecimiento económico como objetivo principal, el concepto de FNB se basa en la premisa de que el verdadero desarrollo de la sociedad humana se encuentra en la complementación y refuerzo mutuo del desarrollo material y espiritual. Los cuatro pilares de la FNB son: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.
El índice FNB es una tabla que pondera indicadores materiales e inmateriales, objetivos y subjetivos, en el que aunamos economía, conocimiento y conciencia, porque ya sabemos que lo que de verdad cuenta no es siempre lo que puede contarse, concluye este hombre sabio. ¿No deberíamos de tomar alguna nota?.