El Pacto Mundial para el Empleo se adoptó el pasado 17 de junio tras un fuerte respaldo de Jefes de Estado y de Gobierno, vicepresidentes, ministros del Trabajo, y representantes de empleadores y trabajadores.
Durante la Cumbre recibió un fuerte apoyo la propuesta para que la OIT tenga una mayor participación en el G20 tras el encuentro de este grupo en abril, cuando al referirse al empleo y la protección social se hizo un llamado a la OIT para “trabajar con otras organizaciones que sean relevantes, en la evaluación de las acciones ya adoptadas y de aquellas que será necesario adoptar en el futuro”.
“Son ustedes, los actores de la economía real, quienes nos sacarán de esta crisis”, dijo Somavia ante la plenaria de la Conferencia Internacional del Trabajo que convocó a unos 4.000 delegados de los 183 Estados Miembros de la OIT. “Ustedes representan a los trabajadores y sus familias, a empleadores y empresas, a gobiernos. Líderes de diversos lugares del mundo nos han dicho que el cambio es necesario, y tiene que incluir mayores oportunidades, empleos, protección para los trabajadores, con el tipo de inversiones y crecimiento que permita generar una solución de largo plazo para esta crisis. Este es nuestro desafío actual, nuestro mandato para el futuro”.
Una cuestión que debe tenerse muy en cuenta es el ingreso de 45 millones de nuevos trabajadores en los mercados laborales cada año, la mayoría jóvenes, por lo que la economía deberá crear al menos 300 millones de empleos en los próximos cinco años sólo para mantener los niveles que existían antes de la crisis.
Otra de las peticiones planteadas es la de tomar medidas para mantener a las personas en sus trabajos, para apoyar las empresas, y para impulsar la generación y recuperación de los empleos en combinación con sistemas de protección social, en particular para los más vulnerables, integrando en todos los casos la preocupación por la igualdad de género.
Se propone asimismo considerar opciones de políticas como la inversión en infraestructura pública, los programas especiales de empleo, el aumento de la protección social y la aplicación del salario mínimo. Argumenta que en los países en desarrollo, en particular, medidas como estas pueden reducir la pobreza, aumentar la demanda y contribuir a la estabilidad económica. Se pide a los países donantes y a las agencias multilaterales que consideren aportar recursos, incluyendo los recursos que en la actualidad se usan para enfrentar la crisis, para la puesta en práctica de las recomendaciones y las sugerencias de políticas del Pacto.
Finalmente se solicita el compromiso de los gobiernos con el dialogo social y con instituciones del mercado de trabajo fortalecidas. Pero también requiere que no haya interferencia de los empleadores, cuando los trabajadores buscan organizarse y representar sus intereses en forma colectiva. La recuperación requiere de un aumento de la demanda agregada impulsada por los salarios, de protección social y diálogo social, y de negociación colectiva, se concluyó.