La pesada y desigual responsabilidad del trabajo de cuidados que recae sobre las mujeres, perpetúa tanto las desigualdades económicas como la desigualdad de género. Cuidar de los demás, cocinar, limpiar, y recoger agua y leña son tareas diarias esenciales para el bienestar de la sociedad, las comunidades y la economía.
El nuevo informe de la Fundación OXFAM-Intermón denuncia el actual sistema económico ante el Foro Económico Mundial de Davos 2020. Generador de una desigualdad extrema, el actual sistema económico se sostiene en parte gracias al trabajo de cuidados que realizan las mujeres. Esencialmente son las mujeres quienes se ocupan del trabajo de cuidados, a menudo de forma no remunerada o mal remunerada.
Algunas cifras destacadas
- 10,8 billones de dólares anuales es el valor económico del trabajo de cuidados no remunerado que llevan a cabo las mujeres en todo el mundo
- 130 millones de horas diarias son las trabajadas en cuidados en España sin remunerar en 2018
- En 2019, los 2.153 mil-millonarios que había en el mundo poseían más riqueza que 4.600 millones de personas.
- Los 22 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África.
- El 1% más rico de la población posee más del doble de riqueza que 6.900 millones de personas.
- Un incremento del 0,5% en el impuesto de patrimonio del 1% más rico de la población, permitiría recaudar los fondos necesarios para invertir en empleo. Se crearían 117 millones de empleos en educación, salud y asistencia a personas mayores. Y se acabaría con los déficits de cuidados en estos ámbitos.
La desigualdad económica en el mundo es innegable. La riqueza extrema convive con un enorme nivel de pobreza. Esta descomunal brecha deriva de un sistema económico fallido y sexista según señala el informe. Un modelo económico defectuoso que beneficia a la élite rica, en parte, del trabajo mal remunerado de mujeres y niñas. Mujeres y niñas, en situación de pobreza o pertenecientes a colectivos excluidos, que dedican al trabajo no remunerado 12.500 millones de horas diarias. Y numerosas horas más a cambio de sueldos de pobreza.
Representaciones muy ilustrativas
La brecha entre los más ricos del mundo y el resto de la sociedad sigue siendo abismal. El informe señala dos representaciones metafóricas muy ilustrativas de la situación:
- Si una persona hubiese ahorrado 10.000 dólares diarios desde el momento en que se construyeron las pirámides de Egipto, ahora poseería tan solo una quinta parte del promedio de la fortuna de los cinco mil-millonarios más ricos del mundo.
- Si cada persona se sentase sobre el dinero que posee apilado en billetes de cien dólares, la mayor parte de la humanidad se sentaría en el suelo. Una persona de clase media de un país rico se sentaría a la altura de una silla. Los dos hombres más ricos del mundo estarían sentados en el espacio.
El cambio es posible
Es posible hacer frente al enorme nivel de desigualdad económica y a la inminente crisis de los cuidados. El informe destaca que hay que poner en marcha iniciativas conjuntas y adoptar decisiones políticas valientes que permitan reparar los daños ya hechos. Y construir sistemas económicos que cuiden de toda la ciudadanía.
Es un paso fundamental la creación de sistemas nacionales de atención y cuidados, con la plena participación de la sociedad civil y especialmente de las organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres. La economía feminista y la igualdad de género son dos elementos esenciales de esta nueva economía humana y más justa. Uno de sus objetivos principales es abordar plenamente el papel del trabajo de cuidados no remunerado y mal remunerado. La única manera de construir un mundo más justo es cambiar radicalmente la manera en que se lleva a cabo este tipo de trabajo, y cómo se valora.
Economistas, sociedad civil y defensores del trabajo de cuidados llevan décadas proponiendo distintas soluciones para lograr un cambio radical que dé prioridad al trabajo de cuidados, lo que se denomina el marco transformador de las 4R:
- Reconocer el trabajo de cuidados, realizado fundamentalmente por mujeres y niñas, como un tipo de trabajo que aporta un valor real.
- Reducir el número total de horas dedicadas a las labores de cuidados no remuneradas. Mejorando el acceso a equipamientos asequibles y de calidad, y a las infraestructuras de apoyo a los cuidados.
- Redistribuir el trabajo de cuidados no remunerado de forma más equitativa dentro de las familias. Y trasladar la responsabilidad del trabajo de cuidados no remunerado al Estado y al sector privado.
- Representar a las proveedoras de cuidados más excluidas. Garantizar que se tengan en cuenta sus puntos de vista en el diseño y ejecución de las políticas, sistemas y servicios que afectan a sus vidas.
Los gobiernos de todo el mundo pueden y deben construir una economía humana que sea feminista y que beneficie al 99%, no solo al 1%
Las empresas deben reconocer el valor del trabajo de cuidados y apoyar el bienestar de sus trabajadoras y trabajadores.