Desde Novia salcedo Fundación hemos recogido información que nos ha permitido conocer qué variables, de todas las involucradas en la empleabilidad de los jóvenes, son las más importantes a la hora de determinar un correcto desarrollo profesional.
La literatura científica ha constatado que la sobrecualificación en el primer empleo (es decir, el desempeño de un trabajo que se halla por debajo de la cualificación del trabajador) suele cronificarse a lo largo de la vida laboral de la persona, resultando en un menor desarrollo profesional del esperado, además de la ocupación de puestos para los que se han formado otros trabajadores. La alta cualificación de la población joven vasca nos alerta del deber de facilitar a los y las jóvenes el acceso a empleos próximos a su nivel formativo que les proporcionen una adecuada proyección profesional.
Por ello, NSF está construyendo un modelo de empleabilidad juvenil que sirva como marco para entender el papel que jóvenes, empresas e instituciones juegan en este asunto. La investigación se ha llevado a cabo con la colaboración de Unibasq (Agencia de Calidad del Sistema Universitario Vasco) y Orkestra (Instituto Vasco de Competitividad).
Este modelo teórico parte de que, fruto del rápido avance tecnológico y las transformaciones que este acarrea en el contexto social y económico, las organizaciones tendrán que evolucionar hacia modelos de cultura organizacional basados en la implicación de los trabajadores en la gestión, la transparencia, la construcción de equipos capaces de cooperar y la creación de conocimiento compartido. Por su parte, los jóvenes deberán desarrollar una serie de competencias clave que les permitan desenvolverse en este nuevo contexto laboral más innovador y flexible, como la capacidad de cooperar con personas diferentes, la creatividad o la participación en el liderazgo.
A partir de este planteamiento, desde NSF hemos comenzado durante 2017 a reunir información de organizaciones y jóvenes con quienes tratamos. El análisis de la información recogida nos ha permitido conocer qué variables, de todas las involucradas en la empleabilidad de los jóvenes, son las más importantes a la hora de determinar un correcto desarrollo profesional.
Hemos recogido información sobre las competencias laborales, motivación laboral y valores de 228 jóvenes. El análisis de las competencias a través de entrevistas revela que éstas se estructuran en torno a tres dimensiones, que hemos denominado competencias individuales, sociales e innovadoras.
La tercera dimensión se correspondería con las competencias que van a necesitar desarrollar los jóvenes para lidiar con el nuevo contexto laboral. Sin embargo, es también la dimensión en la que los jóvenes obtuvieron una menor puntuación media, lo que alerta sobre la necesidad de invertir en la formación de este tipo de competencias.
Por otra parte, tanto la motivación de los y las jóvenes como sus valores encajan con el modelo que proponemos: priorizan en un empleo aspectos como el desarrollo profesional o la relación con sus estudios, y valoran que les ofrezca autonomía, posibilidad de desarrollarse en nuevos ámbitos, una cultura empresarial orientada al logro, a la consecución de objetivos y a la capacidad de contribuir a la sociedad.
Gracias a 82 de los jóvenes que han tenido una experiencia de prácticas en una empresa, sabemos que la transparencia organizacional guarda una fuerte relación con la estimación que hacen en cuanto a la mejora de su empleabilidad. Quedan por poner a prueba otras variables, como la participación en la organización o los efectos de los diferentes tipos de liderazgo.
En el año 2018 buscamos consolidar el modelo, recolectando más información y poniendo a prueba nuevas hipótesis. Además del entrenamiento de los jóvenes en las competencias innovadoras para mejorar su empleabilidad, será necesario educar a las empresas para generar una cultura de transparencia,
