En este mismo lugar, el Papa Juan Pablo II celebraba la misa sobre un altar situado en una plataforma móvil de cara a los fieles.
Fuentes del Vaticano señalan que Benedicto XVI quiso utilizar el antiguo altar para respetar la belleza y la armonía del lugar. Y celebró la misa en latín, dando así sentido a su decreto personal de julio de 2007 en el concedía una prueba a los tradicionalistas católicos, que hacen de la misa en latín de espaldas a la asamblea un símbolo de su hostilidad hacia los cambios del Concilio Vaticano II: reconocimiento de la libertad religiosa, diálogo ecuménico e interreligioso, apertura de la Iglesia…
El Papa interviene regularmente en los debates de la sociedad, mostrándose vivamente opuesto a las reformas emprendidas en Italia, España o Polonia sobre la interrupción voluntaria del embarazo, la ley que acelera los procedimientos de divorcio, la eutanasia o las manipulaciones sobre los embriones.