Un artículo de Begoña Etxebarria, Directora de NSF y miembro del Ícaro Think Tank. Publicado en Deia el 12 de diciembre.
El mundo actual solamente saldrá de la crisis en que está sumido si todos tomamos una postura activa de transformación personal y social a todos los niveles. Todos y cada uno. Esta tarea de transformación es de tal calado que nos obliga a cooperar con otros, no solo con los iguales sino también con los distintos. Nos enfrentamos a un gran reto para el que no nos han preparado y para el que no nos queda otra alternativa que aprender, aprender a cooperar.
Este aprendizaje es necesario y así lo dice el Informe para la educación en el siglo XXI, conocido como Informe Delors, que el Presidente de Unesco, Federico Mayor Zaragoza, encargó a medidados de los años 90 a una comisión de sabios presidida por Jacques Delors. Las recomendaciones de aquel documento conservan todavía una gran actualidad y los cuatro pilares que en el se definen, que son aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos, aprender a ser, tienen hoy una agenda de enormes desafíos a los que enfrentarse. Hace unos días el Sr. Delors ha sido merecidamente homenajeado en Donostia por su protagonismo en este Informe y lo celebramos.
Los cuatro pilares mencionados son importantes, pero el aprender a vivir juntos es, tal y como yo lo veo, el que en este momento puede darnos mayores oportunidades de avance para que personas, organizaciones y sociedad alcancen un mundo más justo y sostenible para todos.
» Vivir juntos implica desarrollar la compransión del otro y la percepción de las formas de interdependencia – realización de proyectos comunes y estar preparados para tratar los conflictos – respetando los valores del pluralismo, la comprensión mutua y la paz». Construir juntos un «futuro común» significa desarrollar las capacidades necesarias para identificarlo y ponerle atributos y metas que nos ilusiones a todos. ¿Cómo lo haremos? Iniciando una travesía que nos permita abordar más efectivamente la cooperación, una travesía en la que estemos dispuestos a aprender y a desaprendernos de lo que nos frene.
El trabajo en equipo es parte importante de esa andadura, ya que supone avanzar de un estadio en el que nos encontramos como colecciones de individuos, a convertirnos en miembros de equipos que trabajan juntos para conseguir retos complejos. Los equipos generan alta interdependencia entre sus miembros en torno a objetivos y resultados, ideas, aportaciones diversas, sentimientos y comportamientos que se complementan. Formar equipos conlleva que cada miembro tiene que salir de su propio esquema mental, para construir con los demás una nueva perspectiva. El trabajo en equipo es, a la vez, algo profundo, porque supone dar respuesta a una opción ética fundamental, que es la que opta en la vida cada uno de sus miembros cuando se pregunta: ¿Colaboro de verdad con otras personas para buscar una respuesta compartida a los intereses de todos, o aprovecho la situación para ganar a costa de lo que pierden otros? Es la opción por una solución ganar-ganar, frente a la solución de suma 0: Yo gano lo que otros pierden.
Sigo con enorme interés esta época actual que nos toca vivir y pienso, ante todo, en el largo plazo, en el 2050 cuando las generaciones que han nacido en el cambio de siglo tomen el relevo. Veo que les toca entrar en un mundo con escasas expectativas de trabajo y grandes dosis de incertidumbre como resultado del cambio de era que estamos viviendo. Compartimos sus sueños, y constantemente tenemos que recordar el deber y la responsabilidad que todos y cada uno de nosotros tenemos de preparar y construir juntos un futuro mejor para ellos, más sostenible y más justo para todos.
Solo podemos hacerlo cooperando con otros. Todo nuestro empeño este año ha ido dirigido a dar con las claves que lo posibiliten. En la actuación y en la reflexión hemos identificado que el aprender a cooperar es una de esas claves y en el trabajo en equipo hemos encontrado una herramienta eficaz que nos servirá para alcanzarla. Estamos en ello. Si comenzamos por las personas y las organizaciones iremos transformando poco a poco nuestra sociedad. Desde abajo hacia arriba y desde arriba hacia abajo.